Estado actual de las ruinas del pueblo viejo de Belchite.

Estado actual de las ruinas del pueblo viejo de Belchite. E. E.

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El pueblo viejo de Belchite lanza un SOS internacional: si no se actúa de forma "urgente" desaparecerá en 20 años

Las ruinas han sido incluidas por la Fundación de Monumentos Mundiales entre los 25 monumentos y espacios del mundo que urge preservar.

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Zaragoza
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El pueblo viejo de Belchite se muere. El paso del tiempo y la falta de conservación han hecho que ya solo queden en pie un 15% de los edificios, un patrimonio histórico que podría perderse si no se actúa a tiempo. Tanto es así que, al ritmo actual de deterioro, en 20 años podrían desaparecer los monumentos más notables.

Esta delicada situación, que se agrava tras cada tormenta, con el intenso calor del verano, el viento y el frío del invierno, ha llevado a la Fundación de Monumentos Mundiales (World Monuments Fund) a incluirlo entre los 25 monumentos y espacios del World Monuments Watch 2025, una lista anunciada este miércoles en Nueva York que pretende ser un toque de atención a las administraciones y que podría ayudar a la localidad a conseguir los fondos que tanto tiempo lleva reclamando.

Las ruinas del pueblo viejo, vivo recuerdo de los horrores de la Guerra Civil, son la única representación de España en el listado, el equivalente cultural a la lista de especies en peligro de extinción. En él se ha incluido también el tejido urbano histórico de Gaza, la casa del maestro en Kiev, la costa Swahili en África o la Ciudad Antigua de Antioquia, en Turquía.

Los representantes municipales, con el promotor de la candidatura y los responsables de la Fundación, este miércoles.

Los representantes municipales, con el promotor de la candidatura y los responsables de la Fundación, este miércoles. E. E.

Expertos en cambio climático, investigadores y arqueólogos han coincidido en que "urge" conservar las ruinas, que atraen cada año a cerca de 40.000 turistas y son un auténtico motor económico para Belchite, donde viven alrededor de 1.500 habitantes, y los municipios de su entorno.

También se han convertido en plató de cine, pudiéndose ver en películas como 'Spider-Man: Lejos de Casa' e 'Incierta Gloria' o series como la tercera temporada de 'Daryl Dixon', el 'spin-off' de 'The Walking Dead'.

Esta ha sido la segunda vez que la localidad aspiraba a entrar en la lista. La primera se quedó a las puertas, y para este segundo intento ha tenido como 'padrino' a Joan Sastre, un ingeniero informático natural de Mallorca que se declara un enamorado del pueblo viejo. "He venido muchísimas veces y siempre me fijo en las grietas y todo lo que se va cayendo", explicaba este miércoles.

Su nominación ha resultado ser un éxito, pero no quiere reconocimientos. "En el pueblo, muchos ni me conocen. Solo saben de mí a quienes les doy mal. Conque hagan las actuaciones que se tienen que hacer me conformo", expone.

La iniciativa pretende generar "conciencia política" a nivel regional y nacional. "Es una muy buena noticia, un motivo para estar contento y orgulloso. A día de hoy sigue siendo necesario que ciertas administraciones le den al pueblo viejo la importancia que realmente tiene", explica Carmelo Pérez, alcalde de la localidad.

Marcado por una rica arquitectura mudéjar que refleja la tradición de convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos, el pueblo viejo tiene un plan director desde 2005 y aparece en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con un plurianual que, en total, suma siete millones de euros. Pero estos fondos, aprobados en 2022, siguen sin ejecutarse.

De hecho, las únicas inversiones que se han hecho recientemente son 150.000 euros por parte del Gobierno de Aragón para intervenir en la iglesia de San Martín de Tours y el millón de euros que ha costeado 'a pulmón' el Ayuntamiento de Belchite en los últimos nueve años para consolidar los distintos elementos.

El sol, el frío y el viento hacen que las paredes de las casas, construidas en adobe, se contraigan y se dilaten. Cada tormenta resulta fatal para el pueblo viejo, que año a año ha ido perdiendo muros y edificaciones.

El deterioro, advierten desde el municipio, se acentúa cada vez más, de ahí la importancia de actuar a tiempo. A esto hay que sumar, además, los expolios internos y externos vividos en las últimas décadas, letales para el patrimonio.

La lista tenía este año 250 solicitudes, pero solo 40 pasaron el primer corte y únicamente 25 han superado el filtro de los expertos. Las calles de este enclave, en las que llegaron a vivir hasta 4.500 vecinos, cuentan la historia de la Guerra Civil. Su vida se paró por completo el 24 de agosto de 1937 con la batalla que lleva el nombre de la localidad.

Fueron 15 días de terror con batallas encarnizadas cuerpo a cuerpo que dejaron 5.000 víctimas tanto del bando nacional como del republicano. El horror, sin embargo, no terminó ahí, ya que en 1938 fue bombardeada y volvió a pertenecer al bando nacional.

El golpe de la guerra hizo que el 30% del municipio quedase totalmente destrozado. La gente, no obstante, siguió viviendo allí hasta 1964. Franco prometió que sobre las ruinas construiría un pueblo nuevo y que a Belchite jamás le faltaría el agua. "Sin embargo, para entonces ya tenía un borrador del pueblo nuevo sobre la mesa", cuenta Marta Beltrán, responsable de la oficina de Turismo de la localidad.

De hecho, en una orden expresa impidió posteriormente la reconstrucción para que quedase como "símbolo de la barbarie roja". Para 1964 estaba ya totalmente abandonado. Al último vecino tuvo que llevárselo una patrulla de la Guardia Civil, quedando sus calles congeladas durante décadas.

En 2013, el pueblo viejo se cerró para las visitas. Desde entonces no ha parado de recibir gente, convirtiéndose en un lugar icónico para la memoria. La mayoría provienen de otros puntos de Aragón, pero también de Madrid, Barcelona, País Vasco o Francia.

En él se hacen, también, campos de trabajo internacionales de arqueología y conciertos para dar la bienvenida al verano. Asimismo, se ha convertido en un lugar de culto para los amantes de lo paranormal, con visitas nocturnas centradas en leyendas, psicofonías y sucesos paranormales anteriores a la Guerra Civil.

Desde el municipio esperan que aparecen en la lista de la Fundación de Monumentos Mundiales sea "un punto de inflexión" y que las administraciones aporten fondos que vayan más allá de actuaciones puntuales.