Carlos Fernández.

Carlos Fernández. Aragón TV/Guardia Civil de Huesca

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Carlos, el guardia civil clave para evitar la tragedia en el telesilla de Astún: "Hubo que subir desde las pilonas"

El capitán jefe de la 4ª compañía de la Guardia Civil de Jaca cuenta cómo vivió el accidente del telesilla y la "extraordinaria" respuesta del operativo.

Más información: Las dos heridas más graves en el accidente del telesilla de la estación de esquí de Astún salen de la UCI y pasan a planta.

Zaragoza
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Aragón estuvo a punto de rozar la tragedia el pasado sábado con el accidente del telesilla de Astún. En un principio, todo apuntaba a la existencia de decenas de heridos, y muchos temían lo peor. El dispositivo se puso en marcha de inmediato, con efectivos de Aragón y Navarra que trabajaron sin descanso para rescatar cuanto antes a las víctimas.

Uno de ellos fue el capitán jefe de la 4ª compañía de la Guardia Civil de Jaca, Carlos Fernández Herrero, que reconoce haber vivido momentos de tensión. Los agentes tuvieron que evacuar en tiempo récord la estación para dejar paso a las ambulancias y actuar contra el reloj para evitar que cayera la noche y bajasen las temperaturas. En Aragón nunca se había vivido nada igual.

¿Cómo se enteraron del accidente?

El aviso del 112 entró sobre las 11.30 a la central operativa de Huesca. En él se comunicaba un accidente en el telesilla de Canal Roya, en Astún, con múltiples heridos. La preocupación inicial fue tremenda, porque a esas horas, siendo sábado y hora punta, la afluencia de esquiadores era grande y no teníamos una información contrastada de lo que estaba pasando.

Desde la central se movilizaron efectivos de guardia en Panticosa, patrullas de seguridad ciudadana, al destacamento de Tráfico en Jaca y al helicóptero del Cuerpo, que va medicalizado y cuenta con dos rescatadores y un médico del 061. También se activó al grupo de Policía Judicial de Jaca. Todo eso se movilizó ya desde un principio.

La respuesta fue inmediata.

El entorno de Canfranc y Candanchú es una zona a la que se le presta atención. Esto hizo que la reacción pudiera ser muy rápida. En paralelo, por parte del Gobierno de Aragón se activó el Plan Territorial de Protección. Esto activó a los servicios sanitarios, al helicóptero 112 y a los Bomberos.

¿Qué se encontraron al llegar?

La estación cerró para concentrar al personal y poder evacuar a los heridos y los usuarios. Como consecuencia, nos encontramos, de repente, a todos los esquiadores que salían. En un primer momento, nuestro trabajo se centró en dar fluidez a los coches que salían y garantizar la entrada de vehículos de emergencia.

Con nuestras patrulleras de seguridad ciudadana intentamos canalizar a todos los esquiadores. Esto fue complejo al principio. La gente viene con material deportivo, van con botas y esquís y tienen que ir a los aparcamientos, quitarse el material, y salir. Hubo que canalizarlos ordenadamente. Necesitábamos que se evacuaran los párquines para dar entrada a los helicópteros y las ambulancias.

Por su parte, el servicio de montaña hizo un vuelo de reconocimiento sobre la zona del telesilla para tener información real de lo que estaba ocurriendo. Ya entonces dejaron a dos rescatadores.

Luego, el helicóptero se dedicó a transportar más rescatadores de la Guardia Civil para colaborar y trabajar coordinados con los pister. Y, a efectos sanitarios, lo que se hizo fue establecer puntos de triaje. Los heridos graves se mandaron a la clínica y los leves, a un local de la estación a pie de pista.

Nuestra prioridad fue identificar a las víctimas, en la medida de lo posible, saber el estado en el que se encontraban y facilitar los trabajos sanitarios.

"La maniobra fue compleja. Hubo que subir desde las pilonas y desplazarse a través del cable"

¿Qué hicieron entonces?

A medida que íbamos avanzando se sumó más gente. Vinieron incluso personas que estaban de vacaciones, se pusieron el uniforme y se subieron. Una vez que se evacuó a todos los heridos a los centros de triaje trabajamos para descolgar a los usuarios. Los hubo que pudieron bajar solos, pero otros no podían hacerlo, hasta el punto de que, en nuestro caso, se llegó a bajar a varias personas desde la silla, una maniobra que obligó a subir desde las pilonas, desplazarse a través del cable… Se les puso una especie de pañal a modo de arnés, se les hizo un rápel y se les descendió hasta la pista.

¿Cómo era el ambiente?

La situación era de una especie de calma tensa. Una de las particularidades es que, normalmente, se establece un puesto de mando avanzado y desde ahí vamos coordinándonos. No obstante, en este caso fue todo tan sobrevenido que lo que hicimos fue que el responsable de Bomberos, el subdirector de la estación y yo nos juntamos y nos desplazamos por todo el complejo para ir donde hiciera falta coordinar y tomar decisiones. Yo lo llamé puesto de mando móvil. Estábamos donde se necesitaban recursos.

Imagino que no habían visto nada similar en Aragón...

No tengo datos. Puede que alguna vez haya habido que evacuar alguna silla puntualmente, pero un accidente de esta índole, no. Fue muy preocupante y aparatoso. La silla de Canal Roya es una de las que están más altas, de modo que ahí solo podían trabajar especialistas de montaña y el personal de la estación. No solo hace falta tener conocimientos para actuar, sino que había que tener el material apropiado, desde arneses, cuerdas… No solo era descolgar a la gente, sino hacerlo en una pendiente helada y con nieve.

"Hay que dar las gracias al apoyo de todas las instituciones. Fueron muchísimas las llamadas que recibimos poniendo recursos a nuestra disposición"

¿Cómo reaccionaba la gente?

Veías mucha preocupación por los heridos que pudiera haber y por el hecho de tener que descolgar a todo el mundo de la silla. Jugábamos contra el tiempo. Si no lo hubiéramos hecho deprisa habría llegado la noche, el frío, la oscuridad y las bajas temperaturas. La reacción fue extraordinaria, hay que dar las gracias al apoyo de todas las instituciones.

Fueron muchísimas las llamadas que recibimos poniendo recursos a nuestra disposición, no solo de Aragón, sino del Gobierno de Navarra. También desde Formigal mandaron su personal y se pusieron a nuestra disposición, al igual que militares, Policía Nacional, Policía Local… Fue una respuesta tremenda. Hubo también personal civil que nos dijo ‘yo soy médico, ¿en qué puedo ayudar?’.

¿En qué momento pudieron respirar al ver que la situación no era tan grave como se creía?

Respiramos ya cuando todos los heridos estaban en las zonas de triaje. Allí se les estabilizó y los servicios sanitarios decidieron cómo evacuarlos. Dos salieron con nivel rojo, uno con nivel amarillo, y otro con nivel azul. Fueron los que primero se evacuaron, uno en helicóptero y el resto, con ambulancia. La afectación a los usuarios fue muy grande, pero no hubo que lamentar una tragedia. De hecho, el Gobierno de Aragón activó el PLATEAR en torno a las 11.00 y lo desactivó a las 16.15, con todos los heridos ya evacuados y los usuarios, a buen recaudo. Fue una reacción rápida y extraordinaria.

De todos los factores que tenían en contra, ¿cuál fue el más complicado?

Creo que cada gremio tuvo sus preocupaciones. Los pister estaban trabajando en un terreno muy hostil. La zona de Canal Roya es una pista inclinada y con hielo, y actuar ahí es complejo. Para los sanitarios, trabajar en unas instalaciones sobrevenidas, igual y para nosotros, la clave fue tener que sacar a los esquiadores ordenadamente por una zona segura sin colapsar el tráfico. Organizar todo eso con las debidas garantías y no entorpecer a las ambulancias y los sanitarios fue un desafío grande. Todo esto es lo que yo viví en tierra, pero no quiero quitarle complejidad a la actuación de los rescatadores, que fue de diez.

Durante los primeros minutos, hubo gente que se tiró del telesilla. ¿Qué consejos dan en una situación como esta?

Yo no soy rescatador, pero sí me atrevo a decir que si estás bien y no hay ningún peligro ni ningún riesgo, estate ahí, salvo que tengas garantizado al 100% que vas a salir bien. Tienes que ser consciente de que van a llegar las asistencias y te van a socorrer con garantías. En resumen, si tu situación es estable, espera. En estos casos se corre el riesgo de descolgarse de la silla, caer sobre una placa de hielo, que se te suelte el esquí o no tengas la habilidad para esquiar en una pista sin pisar.

¿Cómo están las cosas ahora? ¿Qué plazos manejan para la investigación?

Recopilar la información, documentar todo y hacer una foto fija de cuál era la situación, el estado de las instalaciones, etc. llevará tiempo. Hay muchos afectados.