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Sara García Alonso en el Paraninfo de Zaragoza este viernes
Sara García, astronauta: "Es importante incrementar el número de estudios y que seamos más mujeres"
La bióloga molecular ha participado en el Congreso 'Medicine 2044' que se celebra en Zaragoza para tratar cómo es la medicina en un entorno de microgravedad.
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"Desde pequeña me dejaba llevar por la curiosidad y por las ganas de explorar". Así explica Sara García cuáles fueron sus primeros pasos para convertirse en astronauta. Bióloga molecular e investigadora en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas para descubrir nuevos fármacos contra el cáncer de pulmón y de páncreas. Esta joven científica de 36 se ha consagrado como la primera mujer española astronauta en la Agencia Espacial Europea (ESA) en calidad de reserva.
Este viernes ha participado como ponente en el Congreso 'Medicine 2044' que ha acogido Zaragoza entre el 30 y 31 de enero. García ha abordado así cómo es la medicina en el espacio, las respuestas ante emergencias y qué le ocurre al cuerpo humano una vez es sometido a la microgravedad.
Para esto último ha explicado a los medios antes de dar comienzo a su ponencia en el Paraninfo de Zaragoza que se puede relacionar con el envejecimiento del cuerpo humano: "Se lleva estudiando desde hace 50 años y se mimetiza muy bien lo que ocurre a un ser humano cuando evejece: hay generación muscual, pérdida de masa ósea, daño cognitivo, problemas de visión", ha detallado. La diferencia es que para un austronauta estos hechos ocurren en un periodo de 6 meses, tal y como ha manifestado García.
Otro de los riesgos a los que se someten los astronautas es la radiación: "La radiación cósmica afecta aumentando el riesgo de cáncer y haciendo daños en los tejidos. Se ha observado también que hay problemas en la visión, luego estar tanto tiempo en aislamiento y confinado puede afectar la memoria, puede afectar a nivel cognitivo, incluso puede causar problemas en la salud mental", explica.
Por ello, el estudio del cuerpo de los astronautas supone un punto de inflexión para conocer el envejecimiento humano: "Podemos estudiar de manera acelerada el envejecimiento y dado que es importantísimo para las misiones espaciales encontrar medidas que permitan a los astronautas seguir pudiendo ejercer su tarea, estos tratamientos, estas contramedidas luego se aplican en las personas mayores, por ejemplo, en temas de atrofia muscular, para temas de osteoporosis", ha detallado.
¿Cómo es la medicina en el espacio?
Ante esta pregunta, la astronauta afirma que queda mucho por estudiar de cara a viajes más largos como a la Luna o a Marte: "A 400 kilómetros de distancia donde está la Estación Espacial Internacional hay sistemas de kits médicos de emergencia, pero son los propios astronautas guiados por el control de Tierra los que tienen que solucionar los posibles problemas médicos", explica. De esta manera, si algo grave ocurriera se podría evacuar, una opción que se descarta en misiones en larga distancia.
Por ello, García avanza que se están explorando otras opciones "desde telemedicina hasta inteligencia artificial, nuevos dispositivos, hasta impresión 3D, para que en un futuro los propios astronautas sean autosuficientes y puedan ratar cualquier tipo de patología o de condición médica".
Solo un 11% son mujeres astronautas
La falta de presencia femenina en el sector espacial, además de representar una falta de igualdad en el sector, también ha perjudicado a la hora de conocer cómo se comporta el cuerpo femenino a la microgravedad al ser en su mayoría hombres los sujetos de estudio. "Nuestros cuerpos son diferentes y cómo reaccionamos a los distintos estímulos y a los distintos tratamientos también cambia. Por eso es importante que empecemos a incrementar este número de sujetos de estudio y metamos más mujeres astronautas", enfatiza.
Un ejemplo de un campo que podría suponer una diferencia es en el estudio de la escleroris, que afecta más a mujeres que hombres, o en la menopausia: "Estudiarlo en mujeres sería realmente lo propio. La menopausia es algo que nos afecta a todas las mujeres y cómo podemos tratarla sería interesante si hay tratamientos u opciones que se puedan desarrollar a partir de este tipo de investigaciones, cómo aplicarlas a un porcentaje tan grande de la población humana", desarrolla.
¿Por qué astronauta?
Esta joven con tan solo 33 años (en 2022) fue seleccionada como astronauta en la Agencia Espacial Europea (ESA) en calidad de reserva. García explica que su motivación para adentrarse en el sector espacial venía principalmente de su estudio sobre el cáncer: "Quería ver que podía aplicar esta investigación, este avance en el conocimeinto y desarrollo tecnológico desde un contexto compeltamente distinto para así alcanzar el conocimiento para beneficiar a la sociedad y hacer de la Tierra un poquito mejor mediante nuevos tratamientos, nuevos sistemas de diagnóstico y mejoras en la salud".
Sin embargo, para llegar hasta ahí tuvo que superar un año y medio de selección tras inscribirse en la oferta de la ESA para la contratación de entre 4 y 6 astronautas de carrera y formar así una reserva de astronautas. Aunque algo que tiene claro es que convertise en astronauta "no es algo que tenga un manual de instrucciones". Matiza que no hay una preparación como tal sino que se debe tener una carrera stem (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).
La diferencia llega una vez que se es seleccionado: "Lo que vas a necesitar aprender para una misión te lo tienen que enseñar", recalca. Ahora su entrenamiento como astronauta se centra en una "formación básica" en el que desarrollan distintas disciplinas "útiles" de cara a la futura misión espacial.