El presidente y cofundador de la multinacional de telecomunicaciones BTS, Ricardo Olloqui, tiene claro que la inteligencia artificial (IA) no solo ha cambiado su empresa, sino que, en pocos años, va a cambiar el mundo. La compañía está presente en Estados Unidos, España, Japón o Dubái, una expansión que buscan ampliar con la llegada a nuevos mercados.
En su opinión, la nube, clave ya en la vida de millones de personas, va a adquirir todavía mayor protagonismo, de ahí la importancia de los centros de datos.
BTS mantiene al grueso de su plantilla en Zaragoza y ve con cierta preocupación las tensiones comerciales internacionales, que "afectan a todas las industrias en todos los mercados". Para combatirlas, seguirá apostando por la diversificación y la búsqueda de nuevas alianzas estratégicas como la desarrollada con el gigante japonés SoftBank.
El mundo cambia a una velocidad de vértigo. Imagino que en una empresa de telecomunicaciones se notará todavía más...
Efectivamente. El mundo está cambiando a un ritmo muy rápido y con la entrada de la inteligencia artificial, el cambio es todavía más rápido y vertiginoso. Va a tener un impacto a todos los niveles. En nuestro caso, es algo con lo que estamos familiarizados desde hace un tiempo.
Nosotros utilizamos la inteligencia artificial en diferentes servicios que proveemos, desde los de voz a los antifraude. Toda nuestra tecnología es propietaria y desarrollada en Aragón, y tenemos incorporado tanto el famoso ‘machine learning’ como la inteligencia artificial para el análisis avanzado de datos, que es la clave. Eso nos permite mejorar muchísimo la calidad en los servicios de voz. En cuanto a los antifraude, hace que nos adelantemos al potencial delito.
¿Cómo fueron esas primeras interacciones con la inteligencia artificial?
Llevamos dos o tres años en los que ya es una parte esencial de nuestra plataforma y, consecuentemente, de nuestro negocio. En nuestro caso sí podemos decir que ha traído resultados muy favorables. Para nosotros no solamente es una herramienta de eficiencia operativa. Sobre todo, es algo que nos ayuda a mejorar enormemente nuestros servicios.
Imagino que requerirá de un aprendizaje y una revisión continua...
Sí, hay mucha evolución y depende de la retroalimentación de la información. Esa es la clave. La inteligencia artificial necesita que la vayan retroalimentando para ir mejorando los resultados.
¿Qué importancia tiene Aragón para BTS?
BTS Group es una empresa familiar. Y nosotros, aunque no vivimos en Aragón hace ya muchos años, somos 100% aragoneses. Aunque la empresa fue fundada en Estados Unidos, desde el principio ha existido un vínculo importante con Zaragoza y no solamente a nivel personal. La base de nuestro equipo de tecnología es 100% aragonesa.
Algunos llevan con nosotros casi desde el principio. Son todos graduados de la Universidad de Zaragoza y nuestro centro tecnológico principal está en Zaragoza. Diría que es el núcleo de nuestro I+D, pero es la base de nuestro negocio. Y desde ahí diseñamos y desarrollamos todas las soluciones innovadoras para el sector y los servicios que prestamos a nuestros clientes.
Respecto a Aragón, ha habido dos momentos muy importantes. Uno fue a principios de los 2000, cuando nos implantamos en Walqa (Huesca), y otro, en 2014-2015, cuando decidimos centralizar no solamente los servicios de tecnología, sino otros muchos departamentos de la empresa. Hasta aquel momento, la parte que no estaba relacionada con la tecnología no estaba centralizada en Zaragoza.
El ecosistema de talento en Aragón es muy bueno y lo nuestro es una muestra importante de ello. En Zaragoza tenemos trabajando alrededor de 120 personas entre las diferentes empresas del grupo.
Nuestra sede principal sigue estando en Estados Unidos, pero estamos presentes en Guatemala, Panamá, Ecuador, Colombia, Argentina o Dubái. En Tokio tenemos una 'joint venture' con SoftBank
Zaragoza es uno de los grandes ejes, pero están en multitud de países. ¿Aspiran a llegar a nuevos mercados?
Nuestro negocio es 100% global. Tenemos presencia directa con oficinas en muchos países. Nuestra sede principal sigue estando en Estados Unidos, pero también estamos en Guatemala, Panamá, Ecuador, Colombia, Argentina, Dubái o Tokio, donde tenemos una ‘joint venture’ con SoftBank, que además de ser el operador de telecomunicaciones más grande de Japón es uno de los mayores inversores a nivel mundial en tecnología.
En Europa, además de en Zaragoza y Madrid, tenemos presencia en Italia. Por otra parte, estamos en Polonia, Reino Unido… En total somos unas 150 o 160 personas. El grueso está en Zaragoza.
Son países, incluso en la cultura, muy diferentes entre sí. ¿Es difícil operar en plazas tan dispares?
La verdad es que siempre hemos tenido ese componente internacional desde el principio. Primero, porque a nivel familiar siempre lo vivimos así por los negocios de mi padre. Pero segundo, porque el negocio en sí no es negocio si está en un solo país.
A nivel cultural, definitivamente ha habido desafíos, como el que mencionaba de Japón. Para una empresa privada y pequeña, hacer una ‘joint venture’ con un monstruo como Softbank inicialmente daba un poco de vértigo.
Pero la verdad es que todos los equipos han manejado siempre esa parte súper bien. De hecho, tenemos varias personas de Zaragoza en nuestra oficina de Tokio. Ese es otro tema que nos sorprendió. Hemos sido capaces de encontrar bastantes personas totalmente fluidas en japonés.
Desde el punto de vista regulatorio, indudablemente las regulaciones son muy diferentes en los distintos países, pero también hemos sido capaces de adaptarnos. Tenemos una experiencia de muchos años y una plataforma propia que llamamos S1 diseñada para integrarse y ser capaz de trabajar en los diferentes marcos regulatorios y operativos y poder cumplir con los diferentes requisitos locales. La flexibilidad y escalabilidad de la tecnología es lo que nos permite afrontar todos estos desafíos con éxito.
¿Cuáles son ahora mismo sus líneas principales de negocio?
La inteligencia artificial no solamente ha cambiado nuestra empresa, sino que poco a poco vamos a ir viendo cómo cambia el mundo. Nuestra línea principal de negocio se centra en la conectividad global, que abarca servicios de voz, de mensajería y lo que llamamos ‘cloud numbers’, que son los números en la nube. Es decir, numeración geográfica de diferentes países a través de la nube.
Luego está la parte de protección y soluciones antifraude. También la de identidad, que llamamos Mobile ID y OTP, que es el mensaje de verificación que recibes cuando, por ejemplo, te das de alta en WhatsApp, el One Time Password. Y luego está la gestión de comunicaciones, que incluye servicios gestionados de voz y mensajería, el Mobile ID y la plataforma de omnicanalidad.
La nube ya forma una parte esencial de nuestra vida cotidiana. Está en todos los servicios de almacenamiento que todos tenemos en los teléfonos móviles y en servicios como Teams o Zoom
¿Cree que la nube va a tener cada vez más importancia en la vida de los ciudadanos?
Sí, definitivamente. La nube ya forma una parte esencial de nuestra vida cotidiana. Está en todos los servicios de almacenamiento que tenemos todos a nivel de teléfonos móviles y demás. Y luego, en las comunicaciones empresariales, en servicios como Teams o Zoom.
De una manera consciente o inconsciente, ya supone una parte importante. La nube es una tendencia que va a ir a más, de ahí la necesidad cada vez más importante de levantar centros de datos.
Lo que permiten esos servicios en la nube es la escalabilidad, la seguridad y la eficiencia. Existe una seguridad de que esos datos, esa información, no está únicamente en un sitio específico que puede estar sujeto a problemas de seguridad o incendios.
Para nosotros, en el área de nuestro negocio de Cloud Numbers y soluciones de identidad digital, la nube es clave y es una de las líneas de negocio que estamos reforzando activamente.
¿Cómo cree que cambiará su sector en cinco o diez años? ¿O es imposible imaginarlo al ritmo que va todo?
Yo creo que a más de 24 o 36 meses vista es muy difícil imaginarlo, al menos en nuestro sector. Si miramos hacia atrás, ha habido muchas evoluciones que nunca podíamos haber previsto con anterioridad.
Hay que ir poco a poco e ir adaptándose a la realidad de cada momento. Nuestro negocio, obviamente, es muy cambiante, y estás sujeto a esas nuevas tecnologías.
Hace unos años surgió el ‘blockchain’ y ahora está la inteligencia artificial. Nosotros, como empresa relacionada o vinculada al mundo de la tecnología, creemos que todos esos cambios deben de ser a mejor. Deben facilitarnos a todos el día a día y hacer nuestras tareas más eficientes.
En cuanto a la normativa, ¿Europa está a la altura o se está quedando rezagada respecto a otras potencias como Estados Unidos o China?
En nuestro negocio, la parte regulatoria es importante pero no trascendental. No es un limitante a la hora de dar un servicio. A nivel mundial, mi percepción es que existe una sobreregulación en Europa que no se da en otros países. Es una opinión personal, pero creo que es constatable si analizas cuántas empresas de las grandes tecnológicas son europeas. No hay ninguna.
Podrías decir que también influye el acceso a la financiación, al capital. Es un factor importante y puede serlo, pero yo creo que la regulación es lo que ha hecho que todas las empresas tecnológicas, o la mayor parte de ellas, estén en Estados Unidos y no en Europa.
Aun en las peores circunstancias, todo el mundo necesita comunicarse. Lo pudimos ver en la covid-19. El volumen general, lejos de reducirse, aumentó significativamente
¿Cómo cree que pueden afectar a la economía y a sectores como el suyo las tensiones comerciales que se están viviendo en las últimas semanas a causa de las amenazas de aranceles de Donald Trump?
Si algo tiene nuestro negocio es que siempre ha sido resiliente. No tiene ni picos ni valles, es bastante estable, porque aun en las peores circunstancias, todo el mundo se comunica, escribe mensajes o llama por teléfono.
Eso lo pudimos ver durante la covid-19. El volumen en general, lejos de reducirse, aumentó significativamente. Ahora bien, al final del día, las tensiones comerciales y la incertidumbre afectan a todas las industrias en todos los mercados. Y además, podría llegar a haber momentos en los que se podrían restringir los accesos a infraestructuras o que hubiera mayores restricciones regulatorias.
Nuestra estrategia a ese respecto es la diversificación, por un lado, y la capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias para mitigar todos estos riesgos. Y seguir invirtiendo en innovación. Tenemos la tranquilidad de que al tener una tecnología propietaria podemos ser muy rápidos en la adaptación a las nuevas necesidades.
Y luego, seguir buscando alianzas estratégicas, igual que hicimos en el caso de Asia con SoftBank. Actualmente estamos analizando otras zonas geográficas con otros socios de referencia.
¿Hay entonces operaciones en marcha?
Tenemos operaciones en marcha.
Esta próxima semana participará en The Wave, el mayor congreso tecnológico de Aragón. ¿Cómo se ve la Comunidad y su potencial logístico desde fuera?
Aragón está en un sitio privilegiado y está explotando esa posición geográfica. El momento actual es increíble. Tiene un tremendo potencial y está logrando un ecosistema no para llegar a ser una referencia, sino para ser ya una referencia. Aragón ya se ve como un ‘hub’ tecnológico clave en Europa con capacidad para atraer a las grandes tecnológicas, como ya se ha visto.
Nosotros, a nuestra escala y en menor medida, es algo que hemos podido comprobar durante estos años, en los que hemos sido capaces de captar todo el talento que hemos necesitado, y no solamente en la parte de tecnología, sino en muchas áreas de la empresa. Estoy seguro de que Aragón ya es una referencia en el mundo tecnológico y que va a consolidarse y a seguir siéndolo en el futuro. No tengo ninguna duda que el vínculo de Aragón con el mundo de la tecnología ya es una realidad que va a estar ahí para siempre.