Zaragoza

El Gobierno de España tiene previsto invertir 93 millones de euros en los trabajos para poder adecentar el túnel ferroviario del Somport, cerrado desde 1970. Se trata de un paso clave para culminar la reapertura de la línea Canfranc-Pau, aunque todavía dependerá de que el Ejecutivo francés realice las obras correspondientes en su país.

Una vez se adjudiquen estos trabajos, que se han sometido a información pública, las obras en suelo español se prolongarían durante 3 años y 10 meses. El túnel tiene una longitud total de 7,8 kilómetros, de los cuales 4,7 se encuentran en el lado español y 3,1 en el lado francés. Por ello, cada país es responsable de los trámites necesarios en su territorio, aunque el objetivo es que las obras se realicen de manera coordinada.

La construcción del túnel se inició en 1908 y se terminó en 1912, aunque no se puso en marcha hasta 1928. El tráfico funcionó desde su apertura hasta el accidente producido en 1970, donde un tren descarriló en el puente de L’Estanguet, en el lado francés, provocando su desplome y posterior cierre de la línea entre Canfranc y Bedous.

Entre los años 1994 y 2002, se construyó el túnel carretero paralelo (Túnel de Somport, actualmente cerrado por las lluvias de inicios de mes), a través del convenio internacional firmado por España y Francia, y que entró en servicio en 2003. Hasta 17 de sus 19 galerías desembocan en el túnel ferroviario, pasando éste a ser una vía de evacuación.

Obras en el túnel

Según recoge el estudio informativo, el estado del túnel ofrece muchas dudas respecto a su comportamiento en el caso de recibir nuevas cargas, como podrían ser las transmitidas por nuevas instalaciones, muy especialmente elementos de ventilación; soportes de catenaria; efectos del paso de una composición ferroviaria; etc. También se muestran incertidumbres respecto del comportamiento en caso de incendio en el interior del túnel.

Por ello, los técnicos remarcan que es necesario ampliar la sección transversal del túnel, retirar la vía actual y disponer de una nueva infraestructura compatible con vehículos rodados en caso de evacuación de emergencia del túnel carretero. También es preciso instalar ventilación, electrificación, comunicación y elementos de seguridad.

Así, el estudio recoge como mejor opción la retirada del revestimiento actual, ampliación de 20 centímetros de la sección y de la cavidad excavada en la roca y ejecución de una nueva cobertura.

De los 93 millones de euros en los que se calcula el coste, 40 corresponden a las excavaciones, sostenimientos, impermeabilización, y la estructura de la vía. Además, otros 10 van destinados al suministro eléctrico y ventilación mecánica, entre otras cuestiones, y 7 para las instalaciones ferroviarias, como la catenaria, señalización y telecomunicaciones.