Zaragoza

La planta de biogás de Zaidín (Huesca), impulsada por el Gobierno de Aragón y gestionada por la empresa Griñó Ecologic, tendrá capacidad para tratar anualmente 205.000 toneladas de purines y otros residuos procedentes de la industria agroalimentaria y de restos agrícolas. Esta transformación produce energía térmica y eléctrica que permite su autoconsumo en las propias instalaciones, así como la generación de energía eléctrica excedentaria.

Estas instalaciones, cuya titularidad es del Instituto Aragonés del Agua y que comenzaron su actividad en marzo, supusieron una inversión de 11 millones de euros y fueron concluidas en 2017. En el año 2019, la empresa Griñó Ecològic resultó adjudicataria de la concesión demanial para la explotación de la planta, que tiene como objetivo el aprovechamiento del purín porcino y de los estiércoles excedentarios generados en la zona, que no pueden aplicarse al terreno de manera directa como abono agrícola.

De este modo, mediante un proceso de biodigestión y desnitrificación se ofrece una alternativa de gestión al purín y estiércol excedentario. Al final del proceso se genera biogás, que será transformado en energía eléctrica y calorífica, y en subproductos finales compatibles con el aprovechamiento agrícola. En consecuencia, este proceso permite reducir la contaminación de los suelos por nitratos, así como la emisión de gases de efecto invernadero.

Proceso de transformación

Los procesos básicos, que se usan son: separación de fase sólido-líquido, tratamiento del nitrógeno por nitrificación-desnitrificación (NDN) y producción de biogás por digestión anaerobia. En una primera fase, el purín es espesado por procedimientos mecánicos (tamizado, decantación, equipos de separación), y el fango obtenido se envía a los digestores donde se somete a digestión anaerobia a una temperatura de 35-40º C para producir biogás.

Tras un período de aproximadamente 30 días se separa la fracción sólida mediante centrifugación. La fracción líquida se somete a un proceso biológico de aireación (NDN) que transforma el nitrógeno amoniacal en nitrógeno atmosférico, que es inocuo, y por último el efluente líquido final es decantado y clarificado.

Como productos finales del proceso se obtienen una fracción sólida digerida con alto valor fertilizante y fácilmente transportable; un efluente líquido final depurado y apto para utilizar como fertirrigación en las parcelas cercanas; biogás, con una alta concentración en metano, que genera energía renovable; y calor aprovechable.