La visita del ministro de Transportes, Óscar Puente, a Canfranc ha servido para ratificar la apuesta del Gobierno de España por la reapertura de la línea internacional. Una vez publicado el estudio informativo de los trabajos en suelo oscense, el objetivo de todas las partes es convencer a Francia para que acelere sus obras y que Aragón recupere esta conexión transfronteriza que se asoma clave para el tráfico de mercancías y pasajeros.
De la mano de los gobiernos de España y Aragón va el de la región francesa de Nueva Aquitania, cuyo presidente, Alain Rousset, que mantiene su firme pelea por la reapertura de la línea ferroviaria del Canfranc. “Debemos tener dos vías de circulación entre Francia y España en medio de los Pirineos. Es una lucha que mantengo durante 26 años”, ha afirmado Rousset, que pelea por conseguir financiación desde París.
De hecho, el corte del túnel del Somport ha aumentado el ruido en torno a la necesidad de la reapertura de la línea ferroviaria. Con el tráfico de coches cerrado, como mínimo, hasta enero y el de camiones sine die, el tren hubiera aliviado el transporte de mercancías. “El ferrocarril se mantuvo durante la tormenta que golpeó el valle del Aspe. El Gobierno francés debe ser consciente de ello”, ha remarcado Rousset.
Una demanda que se extiende por todo el territorio, como han reseñado desde Crefco, una coordinadora de distintas entidades que pelea por la reapertura del ferrocarril entre Canfranc y Olorón, cerrado tras un accidente en marzo de 1970. “No tiene sentido que la línea siga cerrada. Se está demostrando una vez más que la carretera no es la solución para las comunicaciones entre Aragón y Francia”, ha expuesto su portavoz, Benjamín Casanova.
El deseo de Crefco está claro: reabrir la línea ferroviaria en 2028, coincidiendo con el centenario de su inauguración en 1928, pese a que Francia la fija, en unos estudios informativos, para 2032. “Es un plazo para no pillarse los dedos. Hay plazos administrativos y cuestiones medioambientales y constructivos que se pueden acortar. El 2032 es demasiado largo. Nosotros apostamos por el centenario en 2028. Sería posible si las cosas se hicieran con interés”, ha apuntado Casanova.
Según este estudio del SCNF (el equivalente a Adif en Francia), se estima una inversión de 450 millones de euros para poner en marcha la infraestructura necesaria al otro lado de los Pirineos, en un tramo de 85 kilómetros. La mayor parte se centraría en los 25 kilómetros que deben conectar Bedous y el túnel del Somport.
Mientras, el Gobierno de España ya ha sometido a información pública los trabajos para poder adecentar el túnel ferroviario del Somport, cuyas obras se prolongarían durante 3 años y 10 meses y tendrían un coste de 93 millones. El túnel tiene una longitud total de 7,8 kilómetros, de los cuales 4,7 se encuentran en el lado español y 3,1 en el lado francés. Por ello, cada país es responsable de los trámites necesarios en su territorio, aunque el objetivo es que las obras se realicen de manera coordinada.
El estado del túnel ofrece muchas dudas respecto a su comportamiento en el caso de recibir nuevas cargas, como podrían ser las transmitidas por nuevas instalaciones, muy especialmente elementos de ventilación; soportes de catenaria. Por ello, los técnicos remarcan que es necesario ampliar la sección transversal del túnel, retirar la vía actual y disponer de una nueva infraestructura compatible con vehículos rodados en caso de evacuación de emergencia del túnel carretero.