Actividades del Greim en el Pirineo aragonés

Actividades del Greim en el Pirineo aragonés Guardia Civil

Huesca

El Greim, los 'ángeles de la guarda' del Pirineo aragonés: "Cada rescate es un mundo, incluso en la misma zona"

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Si hay alguien que vela por todo aquel que se adentra a realizar una actividad en la montaña es la unidad especializada del Greim de la Guardia Civil. Los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña en Aragón realizan una labor clave para salvaguardar el Pirineo. Tan solo en 2023 llevaron a cabo 535 rescates en Aragón en los que auxiliaron a 783 personas. 

La unidad inició su andadura en 1967 con la Unidad de Esquiadores - Escaladores y no ha parado de crecer, aunque se mantiene como una especialidad pequeña con no más de 250 especialistas en España

El aumento de los aficionados por la montaña, sobre todo en Aragón, ha hecho que se produzcan repuntes masivos de rescates. La pandemia trajo una afluencia de turismo en el Pirineo que se ha trasladado en un aumento del trabajo para este grupo especializado. "Hay que tener en cuenta que cualquier día de afluencia aquí en el Pirineo puede haber miles de personas realizando senderismo a la vez, y esto es como cuando transitan vehículos por una carretera, cuantos más vehículos pasan, más probabilidades hay de que haya un accidente, pues en la montaña más o menos pasa lo mismo", explica Bain Gutiérrez, teniente jefe del Greim de Huesca y de las cinco unidades en Aragón. 

Bain Gutiérrez, teniente jefe del Greim de Huesca.

Bain Gutiérrez, teniente jefe del Greim de Huesca. Guardia Civil

A cuanto más rescates, los problemas durante estos se pueden acrecentar: "Cada rescate es diferente, es un mundo, incluso un rescate en la misma zona. Por mucho que se planifique, siempre es una sorpresa cuando llegas a la zona por lo que los problemas que van surgiendo se van solventando sobre la marcha", detalla el teniente jefe Gutiérrez. 

Este aluvión de afluencia hace que los perfiles de los rescatados sean de lo más variopintos y se encuentren desde niños hasta mayores de 80 años, pero sí que se concentra un patrón que se repite: "Muchos son hombres que van desde los 30 a los 50 años", retrata. Y con ello, también mucha gente que decide adentrarse sola en la montaña. "Hay más de los que nos gustaría, nadie está exento de sufrir un accidente, incluso nosotros como especialistas podemos tenerlo", declara el teniente jefe. 

El invierno, un nuevo reto

El aumento de su trabajo sufre un especial repunte en la época estival con las vacaciones de verano. Sin embargo, la temporada de invierno supone un reto, ya no por el número de rescates sino por las condiciones en las que se fraguan. "No nos enfrentamos a tantos rescates pero, si es cierto, que suelen ser técnicamente más complejos y físicamente más complicados debido al frío y las pocas horas de luz", explica. 

Para hacer frente a esta temporada, estos especialistas se encuentran ya enfrascados en los entrenamientos invernales con los esquís, crampones, prácticas de rescate en telesilla: "Hay que ir mentalizándonos, ya llevamos semanas preparándonos", matiza Gutiérrez. 

Actitud y aptitud 

La gran carga física que supone llevar a cabo estos rescates y trabajos que realizan en la unidad supone una extenuante preparación previa. Además de formar parte del cuerpo de la Guardia Civil debe realizarse un curso de un año en el C.A.E.M. (Centro de Estudios Específicos de Montaña): "Hay que tener aptitudes y actitudes. Físicamente y técnicamente hay que dominar cualquier ámbito de actuación ya sea desde esquí a espeleología, adentrarse en sitios pequeños y no tener miedo a las alturas. El propio curso ya criba a las personas que no están físicamente o mentalmente preparadas", explica Gutiérrez.

Aunque el trabajo nunca acaba en el centro de preparación, ya que el día a día de esta unidad se basa en el trabajo físico: "Practicamos cualquier tipo de actividad relacionada, ya sea con helicóptero, cualquier disciplina de montaña o trabajos verticales", detalla el teniente jefe. "El abanico de zonas en las que intervenimos cada vez es más grande", aclara. 

Esto se debe a las nuevas modalidades de deporte a la que se ha ido sumando la gente como las actividades de vuelo, el barranquismo invernal o el 'dry-tooling': "Son disciplinas que hace que nosotros tengamos que practicarlas para poder ir a rescatar a estas personas que realizan estas actividades", explica.

A pesar de que el repunte de rescates se ha acrecentado, la unidad sigue manteniendo su esencia y se concentran en equipos muy reducidos de personas altamente cualificadas. Sin embargo, el ánimo por formar parte de esta unidad cada vez va a más e, incluso, hay lista de espera para formar parte de estos 'ángeles de la guarda' de la montaña.