El pasado 4 de octubre, el pueblo turolense de Peralejos se quedó consternado ante la avenida del trágico suceso que se daba, de nuevo, en una zona de su municipio. El teniente coronel Pablo Estrada murió en un accidente aéreo tras estrellarse el caza F-18 que pilotaba.
El reconocido piloto de vuelo del Ala 12 de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) cayó de menos de 2.000 pies de altura cuando se encontraba realizando una "misión de adiestramiento común" junto a un compañero.
Tras un mes del trágico accidente, el pueblo de Peralejos sigue con la memoria fija en lo ocurrido. Aunque atrás han quedado los días en los que el trajín de furgonetas y autobuses del equipo de investigación rondaban por el municipio y la zona perimetrada.
"Una semana después de que se produjera el accidente ya se fueron", comenta Carlos Lopez, alcalde de Peralejos, ante la presencia de agentes en la zona. "Estuvimos atentos a lo que necesitaran para proporcionar todo tipo de ayuda que se requiriera, pero al final no hizo falta", explica el edil.
Ahora, tras tiempo después, mantienen el contacto con personal del Ejército del Aire: "Estamos en conversaciones para poder realizar un acto homenaje al teniente coronel", relata a EL ESPAÑOL.
Pocos días después de que ocurriera el siniestro estaba planeado realizar un homenaje a los capitanes José Manuel Hernández Ferri y Gonzalo Antonio Gracia Ramos, fallecidos en 1984 en un accidente aéreo en el mismo municipio. Ahora el plan es poder erigir un monolito o una escultura en honor de los tres fallecidos.
Proceso de investigación
La investigación a cargo del organismo de Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes Aéreos Militares (CITAAM) se encuentra en curso y no hay fecha aún de que se pueda conocer las causas para que se produjera el trágico accidente. Esta podría llegar a retrasarse semanas o meses.
La información proporcionada por su compañero que se encontraba en misión junto a él también resulta clave para la investigación en curso. Este se mantuvo orbitando en la zona para marcar las coordenadas exactas del impacto y facilitar el equipo toda la información posible sobre el vuelo.
Según fuentes del Ejército del Aire consultadas por este periódico, la recuperación de todos los restos consistía en una pieza clave de la investigación para conocer las causas del accidente. Por ello, se llegó a ampliar el perímetro. "No funciona como un avión comercial que con la caja negra tienes todos datos, aquí cada pieza es relevante", explican.
El teniente coronel se encontraba realizando una "misión de adiestramiento común" junto a un compañero. Estrada, de 49 años de edad, contaba con más de 2.000 horas de vuelo de servicio.