El barrio de Las Delicias de Zaragoza, el más populoso de la capital aragonesa, recuperará su maltrecho jardín vertical tras años de degradación y vandalismo. Los últimos incidentes, con peleas, heridos por arma blanca e incluso tiroteos, han terminado la paciencia de los vecinos, que urgen actuar antes de que sea demasiado tarde.
Los trabajos se desarrollarán en dos fases y permitirán limpiar y desinfectar la estructura con el fin de que el jardín vuelva a ser un punto de encuentro para vecinos y visitantes. Las labores, ha apuntado este jueves Carlos Gimeno, concejal de Economía del Ayuntamiento de Zaragoza, comenzaron la pasada semana y se prolongarán durante dos meses. El Consistorio retiró ya en otoño una gran colonia de palomas con hasta 250 ejemplares para evitar los problemas de corrosión provocados por sus excrementos.
Esta primera fase, a cargo de la empresa Antique SL, contará con un presupuesto cercano a los 40.000 euros. La segunda se hará de la mano del tejido social de la calle de Las Delicias. Se apostará, según Gimeno, por una decoración “que represente lo que es el barrio y su comercio”. En lugar de la valla actual se contará con un muro. Además, se recuperará la vegetación que el jardín tuvo en su día y se eliminarán las pintadas y los grafitis.
Estas, en todo caso, no son las únicas novedades. De acuerdo con el concejal, en los próximos días se va a sacar el contrato para instalar las anunciadas cámaras de seguridad. “Una de ellas estará apuntando y controlando toda esta plaza, pero habrá más repartidas por la calle de Delicias”, ha agregado. La experiencia comenzará como una prueba piloto, aunque no se descarta extenderla a otras zonas si así lo piden los comerciantes.
Empresarios y trabajadores llevaban años reclamando refuerzos de limpieza y seguridad. La idea es continuar por esta vía y que, una vez se recupere la normalidad, se retomen los cambios estéticos iniciados por la anterior titular del área, la ahora diputada autonómica Carmen Herrarte.
La propia presidenta de la asociación de comerciantes, Sandra Sanz, reconoce que la zona no solo se ha visto afectada por la degradación provocada por el paso del tiempo, sino por la pandemia y por los efectos de la inflación, factores que, unidos a los problemas de seguridad, han derivado en una caída del número de clientes. “Al final, todo nos ha ido mermando un poco, pero se trata de no mirar hacia atrás, sino hacia adelante”, ha recalcado.
El objetivo sigue siendo recuperar la “solera” que tenía la calle de Delicias, en la que sigue habiendo decenas de comercios, hace unos años. No en vano, esta sigue siendo “una de las más transitadas” de la ciudad. “Esperamos que el resultado sea muy positivo e invite a la gente a volver a pasear por la calle. Merecemos que nos vaya bien”, ha asegurado.