Zaragoza

Locura por la nueva tienda de Harry Potter en el centro de Zaragoza. Decenas de fanáticos de los libros de J. K. Rowling y las películas que hechizaron a toda una generación han hecho fila desde antes de las 10.00 de este sábado para comprarse una varita, una rana de chocolate, un peluche de Dobby, el elfo doméstico, o grajeas de todos los sabores. La cola empezaba en el número 35 de la calle Manifestación, donde se ubica el Callejón Zaragozon, y llegaba prácticamente hasta la plaza del Pilar.

Los pequeños Óscar y Marco eran los primeros. "Empecé a leerme los libros y me encantaron. Había misterio y no se me hacían nada largos. Con ocho años me leí el segundo y el tercero y el cuarto, con nueve", contaba el primero, vestido con una corbata de Gryffindor y una bufanda a juego.

Óscar y Marco, con su padre en la fila de la inauguración de la tienda E. E.

Alba Martínez y Yaiza Herrero han acudido con amigos y familiares. "Soy muy friki. Me enganché por las películas y estoy a una figura de convertir mi cuarto en un museo", confesaba Martínez. "Yo por los libros. Venimos a ver qué hay, pero seguro que algo cae", completaba la segunda.

De eso se han encargado Eire y Zania, su hermana y la hija de una amiga. "Queremos una mandrágora", decían, sin soltar sus varitas de la mano. "¡Pero si tenéis ya hasta la 'snitch' dorada y el Sombrero Seleccionador!", les contestaban.

A las hermanas Marta y Lucía Arribas, de 35 y 27 años, les gusta tanto Harry Potter que han estado en los estudios de Londres. "Son impresionantes. Todo fan debería ir una vez en la vida", contaban, vestidas con túnicas de Gryffindor y Slytherin, mientras esperaban a que abrieran la tienda contentas por ver que este mundo mágico sigue atrayendo a nuevas generaciones. "Yo ya ni me acuerdo de desde cuándo me gusta. En casa tenemos de todo, desde llaveros hasta cintas y ediciones ilustradas. Hoy venimos a por un 'Mapa del Merodeador'... y lo que surja. La verdad es que dan ganas de llevárselo todo", aseguraban.

Las hermanas Marta y Lucía Arribas, vestidas con túnicas E. E.

La larga fila no ha pasado precisamente desapercibida para vecinos y turistas. "¿Pero y esto para qué es? ¿Harry Potter? Pero si hace años ya de eso. Qué locura, parece Barcelona", decía un viandante al ver hasta dónde llegaba la cola.

Inicio mágico

Los primeros minutos de vida del Callejón Zaragozon no han podido ser más mágicos. Aproximadamente un cuarto de hora después de la hora prevista -los elfos domésticos han estado trabajando hasta el último minuto para que todo estuviese listo- los asistentes han alzado sus varitas al cielo y han gritado, al unísono, 'alohomora', el hechizo abre puertas.

Peluches y varitas en el interior de la tienda E. E.

"Quiero comprarme una rana de chocolate y la rana de Ron", explicaba David, de ocho años, que ha acudido con su monedero. "Mamá me enseñó las películas, me dijo que a ella le habían gustado mucho. Primero vi 'La piedra filosofal' y luego me puse una cada día. Mi preferida es la quinta", confesaba.

Tras dar una vuelta, muchos no sabían ni con qué quedarse. "¿Me llevo la mochila o las grajeas?", decía uno de los clientes. "¿Y esta pócima a qué sabe? ¿Estará buena?", se preguntaba otra, mientras, a su lado, una mujer intentaba hacerse una idea de si el disfraz que tenía en la mano le valdría o no a su nieto.