Zaragoza

El ruido, el polvo y las molestias que supone comenzar una obra parecen ser ahora una cosa del pasado en la calle Manifestación de Zaragoza. La avenida recién inaugurada este viernes por la alcaldesa de la ciudad, Natalia Chueca, parece volver a ser tema de debate en la ciudad.

Las opiniones son diversas, los hay felices y descontentos con el resultado. Ejemplo de la parte positiva es la regidora, quien ha asegurado que "la calle ya está más que lista para el disfrute de los vecinos". 

Los trabajos, que comenzaron la primavera pasada, han dejado apunto la zona a tiempo para las Fiestas del Pilar. La remodelación de la calle Manifestación, con una inversión "ajustada" a 780.000 euros, "le ha devuelto el valor a esta histórica vía de la ciudad, antiguo Decumano romano que une la calle Alfonso con el Mercado Central. O, al menos, así lo ha declarado Chueca en la inauguración. 

En el primer tramo, las estrechas aceras se han convertido en un espacio peatonal "mucho más amplio con un nuevo pavimento y baldosas podoctáctiles", ha apuntado. Aunque si uno agudiza el oído o la vista al pasar por la calle, puede escuchar murmullos de decepción o pisar baldosas que bailan.

Las baldosas

La cuestión del espacio peatonal, con las "quebradizas" baldosas podotáctiles (que facilitan la accesibilidad de las personas con discapacidad visual), es una polémica con blancos y negros. 

"Muchas están rotas", asegura Lorena Val, dependienta de Bacanal. Desde la tienda de disfraces, situada entre Manifestación y la plaza del Justicia, tienen una visión muy diferente de la remodelación de la calle. 

"Tenemos claro que, una vez inaugurada y pasados los días del Pilar, volverán a levantar el suelo otra vez porque no son muy resistentes", señala la trabajadora. Lo justifica al recordar que "es la segunda vez que se levanta toda la calle", a la par que se pregunta: "¿Ha servido para algo o habrá una tercera?".

Aventurarse en si volverán o no las maquinas a Manifestación parece ser un futuro más bien imposible para el Consistorio. "La avenida ha quedado perfecta y los vecinos están más que satisfechos", ha confirmado este jueves la alcaldesa.

Insistente, Val se muestra segura a avanzar que será necesaria una nueva obra. "Hace tres días supuestamente ya habían terminado, pero volvieron otra vez para tapar agujeros y baldosas rotas", afirma.

Posible o no, ese futuro cambio de planes traería consigo de nuevo "el polvo, las calles tapadas y menos visibilidad para las tiendas", apuntan. Una "mala gestión" que podría volver a entorpecer el transcurso diario en la avenida.

"Delicadas", "finas" o "endebles" han sido algunos de los adjetivos utilizados por los vecinos. "No sé si la cota cero es una buena idea o si las baldosas realmente van a funcionar. El escalón lo notas, las texturas del suelo... no sé yo", ha expresado Ana García, residente.

En el Callejón Zaragozón, la tienda de Harry Potter que aterrizó hace poco más de un mes en la ciudad, tienen una opinión con tintes más grisáceos. Consideran que "está muy bonita y las plantas dan mucho color".

Aunque sobre las baldosas, la valoración pasa a un tono más oscuro. Desde su punto de vista, no creen que esta sea "una buena opción para una calle donde pasan los caminones con la mercancía". Y, en este punto, han llegado a la conclusión de que "el arquitecto no pensó mucho en los comercios a la hora de diseñar la nueva avenida".

Los daños comerciales

Los comercios afectados parecen reinar y ser mayoría en la avenida. Desde la tienda Bacanal, que sufrió inundaciones el pasado 21 de septiembre del 24, hasta el Hotel Inca Butique donde, durante las obras, "han estropeado varios azulejos", apuntan desde otros establecimientos.

"Está claro es que no está bien hecho", reclaman desde la tienda de disfraces, en relación con la trompa de agua que arrasó el local hace unas semanas. "Cuando se da orden de realizar una reforma de una calle, se supone que hay un profesional que se preocupa de hacer un desnivel, poner alcantarillado... no es normal lo que ha pasado aquí", denuncian.

Aunque la tónica general parece ser la negativa, no todos los comercios se muestran reticentes a la nueva cara de la calle Manifestación. En el bar picadillo, el dueño Francisco Sánchez, asegura estar "muy contento" con el nuevo aspecto de la avenida. 

"Si uno se para a recordar como era antes seguro que pensaría también que ahora se ve mucho más amplia y alegre", expresa. Sánchez admite que las obras y las reformas "no son del gusto de nadie", pero considera que "todo ha ido para mejor".

El debate de si se debería cambiar o no de nuevo la vía tendrá que esperar por lo menos hasta que finalicen las Fiestas del Pilar. "Puede que muchos no estén contentos, pero la vida es así. No se puede contentar a todos", añade el dueño del bar.