Judit Macarro
Zaragoza
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Tomarse un café y charlar, aunque sea por unos cinco minutos, con otra persona es un acto fácil y cotidiano que no todas las personas tienen en su día a día. "Muchas personas mayores están solas, porque sus hijos trabajan y no pueden tampoco salir a la calle si no es acompañados", explica a Angelines Soto, mujer de 81 años.

Hace unos meses Angelines sufrió un ictus que le paralizó parte del cuerpo, por lo que ahora se mueve en silla de ruedas. Dice sentirse muy afortunada porque su hija vive a dos calles de su casa y "siempre está muy pendiente". Aunque por su trabajo, explica la mujer, no puede atenderle mucha parte del día.

Es ahí donde entra en juego la voluntaria del Hospital San Juan de Dios, con quien pasa la tarde de los martes. Tienen ya una rutina, que cambia un poco "según el ánimo que tenga Angelines", cuenta la joven. Pero, "solo con pasar el rato y charlar un poco la vida cambia para estas personas", considera.

Ángelines dice que no se puede imaginar su vida sin la compañía de otra persona. "Si no es con alguien, yo no puedo salir a la calle. El trabajo de los voluntarios es algo que valoro y agradezco mucho", asegura. Añade que vivir en soledad "debe ser horrible", porque "todo el mundo necesita hablar con alguien aunque sea un rato".

Café solidario

Bajo esta idea es de donde surge el café solidario celebrado este viernes en la plaza del Pilar, organizado por el Hospital San Juan de Dios en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza. La acción, desarrollada durante toda la mañana, consiste en sentarse alrededor de una mesa, con un café, y conversar. 

Es una acción abierta a toda la ciudadanía para dedicar un tiempo a la escucha, a acompañar y cuidar a quien está sentado en la mesa, con el objetivo de concienciar sobre el fenómeno de la soledad no deseada, que afecta a miles de personas que no tienen a quién llamar, porque están solas o porque se sienten solas.

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha asistido al acto donde ha explicado que esta incitativa "tan importante" se suma al programa de 'Zaragoza ciudad amigable con los mayores'. "Con actividades como esta o, por ejemplo, 'mayores con ganas' y 'nos gusta hablar' pretendemos frenar la soledad en las personas más longevas de la ciudad", ha apuntado

La soledad no deseada es un problema social y sanitario que afecta cada vez a más personas en todo el mundo y que hace evidente un modelo social que genera fuertes desigualdades y deja al margen a muchas personas. Afecta sobre todo a la salud psíquica y mental de las personas que la padecen, provocando el aumento de la incidencia de la depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño. Un problema "que también está en Zaragoza y que queremos frenar", ha asegurado la regidora.

Limita el derecho de participación en la sociedad y tiene consecuencias negativas en múltiples aspectos de la vida, como la salud física y mental, generando costes sociales. Los datos recogidos en el Observatorio de la Soledad no deseada (soledad.es) reflejan que 1 de cada 4 niños y niñas de 10 a 12 años se siente solo, el 50% de los mayores de 80 años vive con sensación de soledad y el 10% de los trabajadores se sienten solos en el trabajo.