Zaragoza llevará este sábado a Madrid su lucha contra el ruido. Lo hará de la mano de la asociación Stop Ruido, que participará en un primer congreso estatal que analizará los efectos que está teniendo esta sobreexposición en zonas residenciales y cascos históricos.
Miguel Morte, portavoz del colectivo, asegura que las sanciones "no están siendo nada efectivas", ya que "no tienen efecto disuasorio y la gran mayoría no se concretan".
"Son un placebo. A esto hay que añadir los casos en los que las inspecciones se hacen tarde y mal. Muchas veces, cuando un vecino avisa de la presencia de gente en la calle a altas horas de la madrugada pasan horas y, cuando viene la Policía, el local ya ha cerrado", explica.
Desde 2022, la asociación ha puesto más de 500 denuncias en Zaragoza, una ciudad que ven "cada día más ruidosa". Hay calles y plazas, dice Morte, en las que el problema ha continuado acentuándose, extendiéndose a barrios que hasta hace unos años no tenían ningún problema. Como ejemplo pone la plaza de San Francisco, que pese a haberse convertido en zona saturada tiene un escenario "bastante peor" que el que se vivía hace un año, según apuntan desde Stop Ruido.
"El número de locales es tan grande y sigue habiendo tantísimas mesas en la calle que no se ha notado. Una zona saturada congela el número de establecimientos, pero no la problemática del ruido", recalca.
Desde la agrupación llevan tiempo alertando de los problemas que genera un alto volumen de decibelios. Entre ellos, la pérdida del valor de entre un 20% y un 30% de las viviendas y los negocios que se encuentran en estos puntos; un porcentaje que "no para de bajar". También afecta a la salud, disparando los niveles de estrés e insomnio de los vecinos.
Para Morte, en Zaragoza hay al menos dos zonas saturadas "no catalogadas" que deberían serlo. La primera, la que va de Espoz y Mina al Ebro y la segunda, la de Méndez Núñez a la plaza del Pilar. "Hay horas en las que casi no puedes andar por la calle. Están arruinando al comercio local y despoblando calles históricas. Ya solo entran estudiantes y en las que no, se convierten en viviendas turísticas", lamenta.
A su juicio, cuando una situación es "tan generalizada" no tiene que ser el ciudadano el que tome medidas, sino la Administración. El colectivo cree que los problemas se están "generalizando" en España, de ahí el congreso que se desarrollará hoy en Madrid.
En él analizarán que vías judiciales están en manos de los vecinos afectados para "obligar" al Ayuntamiento a actuar sin que sean ellos los que tengan que gastarse el dinero de su bolsillo "como está ocurriendo con el Bernabéu" para hacer mediciones y poder presentar denuncias. Buscarán "unir fuerzas" con otros territorios españoles que se encuentran en el mismo punto de cara a encontrar soluciones "serias" y reivindicar un ocio respetuoso y alejado de las viviendas.
Sus quejas, en todo caso, no quedan ahí. También critican que "ni siquiera el Consistorio" cumpla la ley con los niveles de ruido que se establecen para las máquinas de limpieza y los camiones de la basura, renovados con el nuevo contrato de limpieza en una apuesta por utilizar vehículos 100% eléctricos y menos ruidosos. "La sensación es de impunidad absoluta. Si no se incluye la exigencia en las ayudas, las subvenciones y los contratos que se adjudican, seguiremos en las mismas", apunta el portavoz.
A pesar del incremento del número de sanciones que se está viviendo en los últimos meses -solo a la próxima Gerencia de Urbanismo irán varias a locales como La Cucaracha, el Tal y Cual o la sala Lo Intento por diversos incumplimientos-, desde Stop Ruido consideran que hay negocios a los que "les sigue saliendo rentable incumplir las normas", de ahí que apuesten por endurecerlas.