Judit Macarro
Zaragoza
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Ni el pregón, ni Pilares. El Monumental Tour ha conseguido lo nunca visto. Han sido 45.000 congregados los que este viernes han podido disfrutar de un espectáculo sensorial que no ha dejado a nadie indiferente.

Grabados de Goya, ramas de árboles inmensas, pájaros voladores o arcoíris son algunos de los regalos que Canitrot ha dejado esta noche grabados en la fachada del Pilar. Unas representaciones icónicas que han sido acompañadas de una banda sonora propia de un gran espectáculo mundial.

No solo Goya ha sido el protagonista esta noche, otro de los guiños aragoneses del francés ha sido su comienzo: un Bendita y Alabada de recuerdo. Como todo el show, también a grandes dimensiones.

Una remezcla de este clásico cántico, que cantan los infanticos a las 9.00, 12.00 y 23.00 en la basílica. Sin duda el momento más emotivo del espectáculo de esta noche.

Aunque el resto de la fiesta cultural no se ha quedado atrás. De manera progresiva, la basílica ha comenzado a brillar.

Sin rival de agua

Primero con una Ms Von Disco que, emocionada, ha calentado el ambiente, un poco húmedo por la lluvia. El agua, cuya posible presencia en el espectáculo tantos quebraderos y preocupaciones ha dejado durante la semana, no ha sido rival para Canitrot. Tal como lo dijo, aunque diluviara, la fiesta iba a continuar.

Y vaya si lo ha hecho, con magia incluida. Ante la lluvia, que ha sido intermitente, han salido a relucir bajo las luces miles de paraguas que han comenzado un baile al ritmo que demandaba la DJ aragonesa.

Homenaje a Goya en la iluminación del Monumental Tour. E.E Zaragoza

Seguido ha llegado David Penn con una música alternativa y futurista que ha levantado los brazos de los presentes. El tono de la fiesta ha subido, y también la producción. Muy acompañada a las notas musicales del Dj, las luces han pasado de colores cálidos a unos azules robóticos. Una imagen antagónica que ha convertido a la joya histórica de Zaragoza en una distopía de colores.

Y el momento culmen ha llegado con el tercer pinchadiscos, el protagonista, creado y productor de este multitudinario evento: Michael Canitrot. Lluvia, confeti y figuras como la mismísima Virgen del Pilar han sido proyectadas en la fachada de la Basílica. Detalles que han sido reconocidos por una ovación de 45.000 personas.

Y entre reverberaciones, aplausos y una iluminación monumental, la fiesta tecno ha llegado a su fin. No sin antes, una despedida del artista francés a lo grande y dando las gracias a Zaragoza y, como no, "a la Basílica del Pilar". Una obra de arte ante la que Cantrot se ha postrado y, diciendo adiós, ha asegurado que ha sido "todo un placer".