María González
Zaragoza
Publicada

Si se hace referencia a un lugar con historia y además con simbolismo el día de Todos los Santos, es el cementerio de Torrero. Este, aunque no sea el único camposanto de Zaragoza, sí que es el más reconocido por todos y uno de los lugares más visitados de la ciudad.

Hace apenas unos meses, el 2 de julio de este año, el cementerio de Torrero estuvo de celebración. 190 años atrás, en 1834, fue inaugurado solemnemente y bendecido por el entonces arzobispo de la diócesis de Zaragoza don Bernardo Francés Caballero. Este primer recinto tuvo una extensión de 60 mil varas cuadradas.

Aunque la historia del cementerio de Torrero se remonta mucho más atrás. Durante los últimos años del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX, numerosas órdenes y decretos obligaban a los ayuntamientos a la construcción de cementerios municipales.

El cementerio de Torrero de Zaragoza E. E.

En concreto a comienzos del año 1823 cuando el Ayuntamiento de Zaragoza comenzó a hacer gestiones para construir un cementerio permanente en la margen derecha del Canal, en la zona del Monte de Torrero. Este proyecto tenía un coste de 135.058 reales de vellón que se distribuyó entre todas las parroquias de Zaragoza. Sin embargo, solo única costeo su parte, la de San Pablo. El resto alegaron que no disponían de fondos, según los informes.

Las obras comenzaron de esta manera el 30 de noviembre de 1832 y se adjudicaron en subasta a Bernardo Nobella por un importa de 152.000 reales de vellón. De estos, 100.000 fueron pedidos al Ministerio de Hacienda.

Ampliaciones y nuevos cementerios

La calle central del cementerio, que discurre en sentido norte-sur, se comenzó a formar en el año 1844 y fue construida la primera manzana de nichos en el año 1866. El día 6 de febrero de 1867 el cementerio pasó a ser dependencia totalmente municipal.

La primera ampliación se llevó a cabo entre los años 1935 y 1936, tomando parte de los terrenos que quedaban a la izquierda de la entrada principal. Una segunda ampliación tuvo lugar en el año 1966 y se incorporaron en el mismo recinto los cementerios civiles, musulmán, evangélico y alemán, que antes tenían ingresos distintos.

Cementerio musulman dentro del cementerio de Torrero E. E.

Personajes ilustres

Si se pasea por el camposanto se pueden ver grandes personajes aragoneses que han recibido sepultura en el cementerio de Torrero. Entre ellos se encuentra el político Joaquín Costa, fallecido en 1911, el periodista Mariano de Cavia, el tenor Miguel Fleta, en año 1938, o la pianista Pilar Bayona.

En el último tiempo, también se encuentran en el cementerio de Torrero el político y cantautor, José Antonio Labordeta, o el músico Mauricio Aznar, líder de Más Birras que falleció en el año 2000 y se encuentra en el cementerio alemán.

Estilo y arquitectura

Desde el punto de vista estilístico, hay una gran variedad en la elección de formas para los panteones y las capillas funerarias. En la arquitectura se va a dar una gran influencia del clasicismo. Aunque también hay panteones y capillas funerarias inspiradas en el arte egipcio. Una de ellas con forma de esfinge. Sin embargo, la que mayor predomina es el estilo neogótico, con elevadas agujas, de esbeltas formas y calados ventanales.

Escultura que se puede encontrar en el cementerio de Torrero Ayto Zaragoza

El cementerio de Torrero se ha convertido en un gran museo de escultura al aire libre con grandes piezas al más estilo clásico, pero también modernistas, esculpidas por artistas zaragozanos.



De entre todos los escultores aragoneses, destaca el escultor Dionisio Lausén autor del Ángel de la oración del mausoleo de la familia de Matute-Pérez de 1899 o la escultura del Silencio del sepulcro de la familia de Antonio Morón de 1904. Además del mausoleo de Joaquín Costa.