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Zaragoza es una ciudad que no para de crecer con más de 690.000 habitantes. Ya no solo crece a nivel de vecinos, sino que también se está viendo un crecimiento exponencial de un tipo de negocio que no tiene contento a toda su población. 

La proliferación de Viviendas de Uso Turístico se está convirtiendo en algo habitual en la capital aragonesa. En Zaragoza ya se ubican más de 1.200 viviendas destinadas a este fin. Según los datos consultados por Stop Ruido, el 80% de estas se ubican en el Casco Histórico

Sin embargo, esto en vez de suponer algo positivo para los vecinos de la zona, está provocando un éxodo de estos que huyen de vivir en la zona Centro de la ciudad. Según datos del Ayuntamiento de Zaragoza, de 2017 a 2023 el Casco Histórico ha perdido un total de 1868 habitantes, lo que supone una reducción de más de 300 vecinos al año. 

Desde Stop Ruido, ven las Viviendas de Uso Turístico una de las causas por las que se está produciendo esta bajada sin precedentes en la zona: "El que se termina haciendo cargo de los ruidos y problemas de estos pisos son los vecinos y hay un sentimiento unánime de hartazgo en la sociedad", señala Miguel Morte, portavoz de la citada asociación. 

Además, señala un abandono de los edificios: "No quieren invertir en proyectos de rehabilitación de vivienda por los costes, la gente no se quiere arriesgar", explica. Los altos costes ya solo de iniciar los trámites burocráticos y de proyectos con los Colegios de Arquitectura puede alcanzar los 2.000 euros, lo que provoca que la gente se eche para atrás y busquen la opción más fácil. "En parte a la gente le sale mejor negocio poner un alquiler turístico", puntualiza Morte. Esto es una casuística que, además, está adquiriendo aquellos herederos de viviendas en esta zona. 

Desde la asociación han hecho un estudio de los puntos que mayor proliferación de Viviendas de Uso Turístico está localizando. Por ejemplo, la calle Alfonso I y sus aledaños congregan un gran número de estas, además de la calle Espoz y Mina o Méndez Núñez. "La calle Manifestación es una zona de las zonas que se está viendo afectada últimamente", detalla. 

Esta aparición de este tipo de negocio comenzó a darse nada más salir de la pandemia del Covid-19. "A partir del verano de 2021 han comenzado a crecer", señala Morte. Esto se debe según él a una mayor publicidad sobre las viviendas turísticas y un mayor foco de atención por parte de la población. 

Otras causas

Sin embargo, esta no ha sido la única causa del abandono de la población en el Casco Histórico. Según señalan desde la asociación, los ruidos nocturnos y diurnos se han terminado convirtiendo en una "molestia" para los vecinos. Ya no solo eso: "No hay aparcamiento por culpa de las terrazas y se está perdiendo el comercio de proximidad por modelos de franquicias", explica.

La falta de accesibilidad a las viviendas se está convirtiendo en un problema, sobre todo, para la población envejecida: "Mucha vivienda vieja carece de ascensores y no son confortables ni accesibles", señala Morte. Así concluye que estos motivos "expulsa a la gente tradicional y el resto de gente huye o protesta". 

De esta manera, el próximo jueves 14 de noviembre desde Stop Ruido Zaragoza, Lanuza Casco Viejo y Calles Dignas han convocado a los vecinos a una reunión a las 19.00 donde se pondrá sobre la mesa las bases legales y ayudas a las comunidades vecinales. Este encuentro tendrá lugar en la sede de FABZ, en la calle San Vicente de Paúl.