El pasado 7 de noviembre los alrededores de la fábrica de Tereos, en el barrio del Picarral, amanecieron cubiertos por una capa de polvo blanco, producto de un fallo en el secadero de almidón de la planta. Durante la noche, se vertió una gran cantidad de almidón, lo que generó una 'escarcha' que alarmó a los vecinos.
Este incidente, aún bajo investigación por el Instituto Municipal de Salud Pública, se suma a otros problemas ambientales que los residentes han denunciado, como la aparición de espuma en la red de alcantarillado o la presencia de carbonilla en las calles, "tal y como ocurrió en septiembre".
A estos episodios puntuales se añaden las molestias diarias que sufren los habitantes del barrio, tales como el constante paso de vehículos pesados, el ruido, los olores y la presencia de partículas en el aire. Así lo destacó Horacio Royo, presidente de la Junta Municipal del Distrito de El Rabal, durante el pleno celebrado este lunes, donde la Asociación de Vecinos Picarral-Salvador Allende expresó su preocupación por la calidad de vida en la zona.
Ante estos problemas recurrentes, los vecinos reclamaron soluciones "a largo plazo" que mejoren la convivencia y el bienestar de los residentes, incluyendo la posibilidad de reubicar la fábrica fuera del área urbana.
En este contexto, la solicitud presentada al Gobierno de Zaragoza, y aprobada por la Junta, exige suspender la tramitación de la Modificación Aislada del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) 216, que pretende modificar el entorno de la fábrica. Además, se dio el visto bueno a la creación de una mesa de diálogo con técnicos del área de urbanismo, representantes de la empresa Tereos, el comité de empresa, la Asociación de Vecinos Salvador Allende-Picarral y la Junta Municipal de Distrito, con el objetivo de buscar soluciones a los problemas generados por la ubicación actual de la planta.
"Sin una solución clara"
La Asociación de Vecinos recordó que el Ayuntamiento de Zaragoza lleva más de 25 años promoviendo políticas para reubicar las actividades industriales contaminantes fuera del casco urbano, conscientes de los impactos que estas generan en zonas residenciales. Sin embargo, en el caso de Tereos, la fábrica ha continuado expandiéndose dentro del barrio, lo que ha generado "una creciente presión" sobre los vecinos, quienes ven cómo las molestias se multiplican "sin una solución clara".
"Entendemos la importancia de la fábrica para el empleo y la economía local, pero no podemos seguir sacrificando la calidad de vida de los vecinos. Necesitamos soluciones que encuentren un equilibrio entre el desarrollo económico y el bienestar de la comunidad", apuntaron desde la Asociación.
Por su parte, Horacio Royo defendió que, en lugar de consolidar más actividades industriales en el barrio, se debería apostar por trasladarlas a los polígonos industriales de Zaragoza, donde podrían seguir operando sin generar los impactos negativos actuales sobre los residentes. Recordó que en el pasado ya se produjo este tipo de reubicación con otras empresas, como Filtros Man, Aceralia o Picolín.