Zaragoza
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Todavía queda una semana para que sea, como tal, el Black Friday. Un día en el que la mayoría de los comercios se suman a la fiebre de las rebajas, que hace ya tiempo que dejaron de ser algo exclusivo de verano o post navidades. Aunque en algunos comercios han decidido adelantar el fenómeno de descuentos y ya han colgado el cartel en sus entradas. 

Para algunos, estos descuentos de entre un 10% y un 50% supone que el mes de noviembre "haya pasado de ser el número 11 del año a colarse en el Top 3". Así lo asegura José García, director de la joyería Monsant, ubicada en la calle Joaquín Costa de Zaragoza, quien asegura que este fenómeno ha proliferado la compra durante el penúltimo mes del año.

"En nuestro caso, introducir modas como el Black Friday o el Cyber Monday ha supuesto un cambio importante. Antes, noviembre era uno de los peores meses del año, junto con agosto. Ahora, se ha convertido en uno de los mejores, casi a la altura de diciembre", destaca García. 

Según el director de Monsant, los consumidores han aprendido a esperar este mes para realizar sus compras: "Lo que ha ocasionado el Black Friday, el Cyber Monday y todo esto, es que la gente gaste. Hemos creado un mes en el que la gente se acostumbra a consumir", explica García. Esto ha supuesto un cambio en las dinámicas de compra, impulsando las ventas de muchos comercios que, tradicionalmente, no notaban un aumento hasta la Navidad.

El desafío de otros

No obstante, para algunos locales del comercio pequeño, las rebajas que imponen las grandes cadenas representan "un desafío" y se ven "arrastradas" a intentar igualar la apuesta con las grandes superficies. Así lo señala Laura Oliván, encargada de la tienda Palmo, ubicada en la calle San Ignacio de Loyola de Zaragoza, quien informa de que su local ofrecerá unos descuentos de entre el 10% y el 15%. 

Aunque, para ella, se trata de una fecha comercial clave con una parte "bastante" negativa. "Es verdad que las ventas se incrementan hasta un 30% o más de lo normal durante el fin de semana, pero no compensa si las dos semanas anteriores no hay compras", expone Oliván. La dependienta asegura que muchos ciudadanos se animan a comprar en esta fecha, ahora tan señalada, aunque para ello "dejan de hacerlo durante el resto del mes".

En otra de las tiendas de la zona, un pequeño local llamado Cloe ofrecerá descuentos limitados que rondarán el 10%.  En palabras de una de las responsables, "el pequeño comercio no puede hacer más descuentos, es que no es posible". En su caso, la ropa es lo que más se rebaja, mientras que los artículos más caros, como las prendas de piel, no se incluyen en las promociones del Black Friday.

Con sus más y sus menos, la jornada también puede tener beneficios para ciertos comercios. Aunque no ofrezcan grandes descuentos, como es el caso de la joyería Monsant ya que depende de otras marcas, los negocios pueden aprovechar para ofrecer un trato personalizado. García explica que "si viene una persona que no ha entrado nunca y te dice que quiere aprovechar el Black Friday, le vas a dar una atención especial, un descuento, porque quieres que el cliente se vaya satisfecho".

Aunque el Black Friday ha supuesto una "ayuda" para aquellos que compran habitualmente en estos establecimientos, la responsable de otro comercio en Zaragoza comenta que la dinámica de este día no beneficia tanto a las tiendas pequeñas, donde los clientes ya suelen comprar en cualquier momento, incluso sin esperar a las rebajas. "Las que son habituales nos compran cualquier día", afirma, sugiriendo que para estos clientes no es tan relevante esperar al Black Friday.

Hay otros, como en la pequeña tienda de trajes César, ubicada en la misma zona, a quienes no les compesa ni tampoco lo tienen permitido. "Tenemos marcas de moda que no quieren unirse a este fenómeno ni entrar en polémicas. Para nosotros hay dos rebajas, una en verano y otra después de Navidad y así nos vamos a mantener", incide la dependienta del local.