Hace años que viene hablándose de esa posibilidad, pero ha sido este jueves cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) lo ha confirmado en los datos oficiales. Zaragoza ya es la cuarta ciudad de España en número de habitantes, superando a Sevilla y quedando únicamente por detrás de Madrid, Barcelona y Valencia y rozando la barrera de los 700.000 vecinos.
Así, en los datos del Censo de Población publicados este jueves, Zaragoza ha alcanzado los 691.037 habitantes a 1 de enero de 2024, que son 7.088 más que a comienzos de 2023. Mientras, Sevilla se queda en 686.741, ganado 2.577 personas. No obstante, hay que tener en cuenta que el área metropolitana de la capital andaluza en muy superior demográficamente a la zaragozana, acercándose la provincia de Sevilla a los dos millones de habitantes, mientras que la de Zaragoza se queda en la mitad.
Desde comienzos de siglo, la diferencia se ha reducido en más de 70.000 personas. La capital andaluza alcanzó su tope unos años después de su Expo, la del 92, con 719.000 habitantes, pero, desde entonces, ha perdido 35.000 ciudadanos. Zaragoza, por su parte, había sufrido por la pandemia un pequeño freno a su crecimiento desde principios de los 2000 y, también, desde su Expo.
Este incremento de habitantes en Zaragoza se percibe, principalmente, en la población extranjera. Si bien el número de nacidos en España ha aumentado en un millar, el de extranjeros ha crecido en unas 6.000 personas, hasta los 94.692. De esta forma, ya suponen el 13,7% de todos los vecinos de la capital aragonesa.
Además, el número de hombres y mujeres ha crecido prácticamente a la par, alcanzando los 330.889 hombres (3.657 más que hace un año) y las 360.148 mujeres (3.431 más).
La pasada semana, el INE publicó los datos de empadronamiento, que todavía no reflejaban el adelantamiento de Zaragoza a Sevilla, quedándose a únicamente 500 personas. El instituto refleja que el censo de población se dedica a fines estadísticos y el padrón, a asuntos administrativos, y que el primero contiene más variables que el segundo. De hecho, asegura que son dos fuentes complementarias para analizar la evolución de la población.