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El Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto en marcha el proceso de información pública para el proyecto de reurbanización del entorno de La Romareda, con un presupuesto de 3,5 millones de euros y un plazo de ejecución de 15 meses. La iniciativa tiene como objetivo transformar el área en un espacio más accesible, seguro y funcional, en línea con los avances urbanísticos del entorno, creando un diseño continuo entre las calles adyacentes y fomentando la convivencia ciudadana.

El proyecto, que ha sido aprobado por el Gobierno Municipal, contempla una serie de actuaciones que incluyen la demolición y desmontaje de elementos existentes, la renovación de pavimentos, la mejora de las redes de abastecimiento de agua y saneamiento, así como el alumbrado público. Además, se pondrá en marcha la creación de plataformas únicas en las calles anexas, ampliando las aceras y favoreciendo la accesibilidad de los peatones.

Conectividad de la zona

Víctor Serrano, consejero de Urbanismo, Infraestructuras, Energía y Vivienda, ha explicado que uno de los objetivos clave es mejorar la conectividad y accesibilidad de la zona, integrando el entorno con la plaza Eduardo Ibarra y el paseo Isabel la Católica. También destacó que se potenciarán las zonas de encuentro social y se mejorará la infraestructura de la red urbana en cuanto a iluminación y saneamiento.

El proyecto afectará un área de aproximadamente 18.637 metros cuadrados, que abarca desde las calles Convento Jerusalén y Luis Bermejo, pasando por la plaza Eduardo Ibarra hasta el paseo Isabel la Católica, e incluso parte de la calle Juan II de Aragón. La renovación integral incluye el trasplante de árboles existentes, el aumento de los alcorques y la instalación de nuevos mobiliarios urbanos, como bancos y señalización.

Plano de las actuaciones en el entorno exterior de La Nueva Romareda. Ayuntamiento de Zaragoza Zaragoza

Respecto al tráfico, el diseño mantiene el paso rodado, pero se pacificará y elevará a nivel cero, conservando el acceso al aparcamiento de la plaza Eduardo Ibarra y al Auditorio de Zaragoza Princesa Leonor.  La mayor parte de la plaza seguirá

siendo de tránsito peatonal, para lo que se elegirá un pavimento tipo adoquín prefabricado, del formato actual del paseo de Isabel la Católica, de buena durabilidad, de fácil reposición y mantenimiento y aspecto adecuado.

En cuanto al arbolado y otros elementos, uno de los objetivos del diseño del espacio es mantener y mejorar la vegetación existente. Se conseguirá mediante el aumento de los alcorques existentes para mejorar el estado de las plantaciones ya existentes. Los especímenes que se trasplanten serán los que se encuentren en el mejor estado, posibilitando su fácil trasplante.

El proyecto, alineado con la Ordenanza de Supresión de Barreras Arquitectónicas y Urbanísticas, tiene como finalidad ofrecer un entorno accesible y funcional tanto para los peatones como para los conductores. Además, la reurbanización establecerá una conexión fluida con el resto de la ciudad, mejorando la relación entre La Romareda, el Hospital Universitario Miguel Servet, el Parque Grande José Antonio Labordeta y otros importantes equipamientos públicos.