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La campeona olímpica de bádminton y tricampeona del mundo, Carolina Marín, ha ofrecido una inspiradora ponencia en el I Congreso Nacional de Educación STEAM, destacando los valores de sacrificio, perseverancia y trabajo en equipo que la han llevado a lo más alto del deporte. Ante un auditorio lleno de jóvenes, educadores y profesionales, Marín ha compartido su experiencia personal y las lecciones aprendidas a lo largo de su carrera, vinculando su trayectoria al ámbito de las metodologías del evento.

"Las medallas son muy bonitas, pero detrás de cada una de ellas hay un largo camino lleno de sacrificios", ha expuesto la deportista. Marín ha detallado cómo tuvo que dejar atrás a su familia, trasladar su vida a un nuevo lugar y renunciar a muchas cosas para poder alcanzar sus metas. Eso sí, ha dejado claro muchas veces que si uno está mal "siempre puede volver a casa", tal y como ha dicho que sus padres le han aconsejado desde que empezó. 

A pesar de su éxito individual en la pista, la medallista olímpica ha subrayado la importancia del trabajo en equipo y la colaboración en su deporte. "El bádminton parece un deporte individual, pero sin cada una de las piezas del puzle que forman mi equipo, no habría conseguido nada", explica Marín.

Además, ha destacado la importancia de aprender de los errores y cómo cada obstáculo superado la ha ayudado a madurar "tanto en lo personal como en lo profesional".

Carolina Marín, campeona olímpica de bádminton, en el congreso celebrado en Etopía, Zaragoza. E.E Zaragoza

"Estaba lista para retirarme"

Marín ha recordado uno de los momentos cruciales de su carrera, cuando enfrentó tres graves lesiones de rodilla que la hicieron plantearse su retiro. "Tuve claro hace seis meses que ya estaba lista para retirarme", ha confesado la campeona.

"En un momento muy preparado de mi vida mentalmente, me di cuenta de que había alcanzado la cima de mi carrera, pero la vida me ponía obstáculos", ha continuado. Sin embargo, ha anunciado que esta lesión no pondrá punto y final a su carrera y que, pese a que no volverá a los Juegos, mirá hacía el 2026 y la posibilidad de que Huelva, su tierra, acoja el Campeonato europeo de bádminton.

"No he vuelto a coger una raqueta desde mi última lesión. El deporte tiene una fecha de caducidad, pero quiero centrarme en lo que está por venir", ha expuesto.

El uso de la tecnología

La tecnología ha jugado un papel fundamental en su entrenamiento y desarrollo, según relató. "Hemos utilizado análisis de datos para estudiar a nuestros rivales, detectar sus puntos débiles y mejorar nuestra estrategia", explica. "El bádminton es un deporte muy rápido, y la tecnología nos ha ayudado a prepararnos de manera más eficiente, no solo para ganar, sino también para prevenir lesiones y optimizar nuestro rendimiento", ha agregado.

Marín ha dirigido un mensaje a los jóvenes asistentes, aconsejándoles que sigan sus pasiones y confíen en lo que sienten en su corazón. "Apostad por lo que queréis, confiad en vosotros mismos. Quien no arriesga no gana", ha señalado, a la par que ha recordado el momento en el que le dijo a sus padres que lo del bádminton iba en serio: "Me apoyaron sin dudar, incluso cuando este deporte no era en España".