La ciudad subterránea de Zaragoza saca a la luz una herencia oculta: la riqueza cultural debajo de las piedras
La capital de Aragón es una de las más antiguas de España, con más de 2.000 años de antiguedad, y guarda bajo sus calles una rica herencia de civilizaciones anteriores.
Más información: Encontrados restos del Convento de San José y de una necrópolis islámica junto al río Huerva en Zaragoza
Zaragoza, una de las ciudades más históricas de España con más de 2000 años de antiguedad, guarda bajo sus calles una rica herencia de civilizaciones que han dejado su huella a lo largo de los siglos. En los últimos tiempos, las excavaciones en diversas zonas de la ciudad, como el Coso, la Plaza de San Miguel y la zona del río Huerva, han revelado valiosos restos arqueológicos que permiten a los expertos y a los ciudadanos conocer mejor el pasado de la capital aragonesa.
Las excavaciones realizadas en el Coso, entre la Plaza de España y la calle de Espartero, han permitido descubrir fragmentos de la muralla romana que rodeaba Caesaraugusta, la Zaragoza antigua. A tres metros de profundidad, se encontró una galería de hormigón que databa de principios del siglo XX, pero a mayores profundidades, los arqueólogos hallaron vestigios de la muralla romana, así como estructuras medievales de los siglos XIV y XV.
En la plaza de San Miguel, las excavaciones han develado materiales cerámicos y metálicos de épocas romanas, así como fragmentos de huesos del cementerio medieval de la Parroquia de San Miguel. Sin embargo, no se han encontrado estructuras completas ni tumbas, pero los restos descubiertos contribuyen al conocimiento de la ciudad en sus diferentes etapas históricas.
Nuevos Descubrimientos
La zona del río Huerva, en el centro de Zaragoza, ha sido también un punto caliente de descubrimientos arqueológicos. En las excavaciones actuales, según cuenta a EL ESPAÑOL DE ARAGÓN uno de los arqueólogos, Javier Ruíz, se han encontrado enterramientos islámicos que podrían datar del siglo XI, pertenecientes a un cementerio asociado a un antiguo arrabal en la margen derecha del río.
Ruíz explica que, inicialmente, las excavaciones se centraban en los restos del convento de San José, que "con el tiempo se transformó en prisión y cuartel". Sin embargo, los trabajos han revelado algo aún más significativo: "Pequeñas fosas de enterramiento islámico que podrían representar una de las primeras necrópolis conocidas de la zona", agrega.
Este hallazgo se suma a otros descubrimientos previos de cementerios islámicos en la ciudad, como los de la Magdalena y la zona de Predicadores.
Los trabajos en la margen derecha del Huerva son de gran relevancia, ya que hasta hace poco "no se conocía la existencia de un cementerio islámico en esta zona". Este descubrimiento amplía el panorama de ocupación musulmana en Zaragoza, ya que hasta ahora los registros documentales solo mencionaban tres grandes necrópolis islámicas en la ciudad: "Una en la zona oriental, otra en la occidental y otra al sur", enumera Ruíz.
"La aparición de este cementerio en la margen derecha sugiere que el arrabal islámico se extendía más allá de lo que se había identificado previamente".
Aunque el cementerio hallado en el Huerva es de gran interés, Javier Ruíz aclaró que no es el mayor hallazgo de su tipo en Zaragoza. Según explicó, en la zona de Predicadores, cerca de la Plaza de Santa Ingracia, se han encontrado cientos de tumbas islámicas.
También en la zona oriental de la ciudad, en el barrio de las Fuentes, se ha excavado una necrópolis islámica de gran envergadura, con más de 230 enterramientos documentados.
No obstante, el equipo de arqueólogos sigue excavando en la zona del Huerva, y aún no se sabe hasta qué punto se extiende este cementerio. El hallazgo de más de 20 tumbas hasta la fecha sugiere que podría tratarse de una necrópolis de gran tamaño.
Sin embargo, como comentó Ruíz, las excavaciones están aún en sus primeras fases y será necesario realizar un estudio más exhaustivo para determinar la verdadera extensión de la zona enterrada.
Un viaje a través de las épocas
Los hallazgos en el Huerva son solo una pequeña parte de un panorama más amplio que se está descubriendo bajo las calles de Zaragoza. En sus profundidades se encuentran restos de diversas civilizaciones que han ocupado la ciudad a lo largo de los siglos.
A la antigua Caesaraugusta romana se suman las huellas de los visigodos, los musulmanes y los habitantes medievales. Ruíz cuenta que también han aparecido vestigios de la Edad del Hierro en zonas como el Coso Bajo, lo que demuestra la longevidad de la ocupación en la ciudad.
A medida que avanzan las excavaciones, los arqueólogos siguen desentrañando capas de historia que permiten comprender cómo se fue conformando Zaragoza. A través de estos hallazgos, se pueden reconstruir las fases de crecimiento y transformación de la ciudad, "desde sus inicios como colonia romana hasta su consolidación como un importante centro urbano medieval y moderno".
Los trabajos de excavación realizados en las distintas zonas de Zaragoza no solo sirven para arrojar luz sobre el pasado, sino también para preservar y proteger el patrimonio histórico de la ciudad. Un trabajo de conservación en el que colaboran el Ayuntamiento de Zaragoza y los arqueólogos municipales, evitando su desaparición en medio del desarrollo urbanístico de la ciudad.