Zaragoza

Las fiestas en España son reconocidas por su música y su gastronomía. Sin embargo, hay un elemento también muy importante que son los trajes regionales. Fuera de nuestras fronteras, el más conocido es el de flamenca, pero cada comunidad tiene su propia vestimenta, y todas preciosas.

En la ofrenda de flores a la Virgen del Pilar, es tradición vestirse de baturra o de baturro, sin embargo, hay un accesorio local, que se lleva durante toda la semana: el cachirulo. Este pañuelo de cuadros negros y rojos, atado al cuello con orgullo, es mucho más que un simple accesorio; es un símbolo de identidad, tradición y cultura aragonesa.

El cachirulo puede llevarse de muchas maneras: atado al cuello, en la muñeca, a modo de diadema, coletero, o como lazo decorativo en el bolso. El pañuelo da mucho juego, y el estampado es tan popular en las Fiestas del Pilar que hay hasta chaquetas y mochilas de cuadros negros y rojos.

Un cachirulo se puede comprar en cualquier mercadillo de Zaragoza, y muchas empresas locales, sacan su propio cachirulo con el logo de la empresa para regalar a sus trabajadores. Los escaparates también se tiñen de cuadros, y la medida del Pilar edición limitada con ese estampado ‘voló’ en cuestión de horas.

Hay una versión moderna del cachirulo que se ha hecho muy popular, se trata del pañuelo de Mind of Natt, con estampado floral y frases como: “Todas mis flores son para ti, Virgencica del Pilar” y “Te llevo en el corazón, Virgencica del Pilar”.

El moderno cachirulo cuesta 28,95 € y a la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, se le ha visto llevarlo en alguna ocasión. Otra marca que ha innovado con el cachirulo es Tulipán y Lila. Esta ha sacado un coletero XXL.

Muchas zaragozanas utilizan el propio pañuelo de adorno para el pelo, pero si se busca una opción más rápida y cómoda, un coletero con el estampado de cuadros rojos y negros también es buena opción y le da un aire más moderno al accesorio tradicional.

Origen del cachirulo

El cachirulo tiene sus raíces en el traje tradicional de Aragón. Aunque no está claro exactamente cuándo surgió, se sabe que el cachirulo era ya una parte importante del atuendo de los hombres aragoneses en el siglo XIX.

En esa época, el pañuelo se utilizaba principalmente como parte del traje regional que llevaban los campesinos, tanto para protegerse del frío como del sol durante el trabajo en el campo.

Sin embargo, no fue hasta el siglo XX cuando el cachirulo empezó a ganar protagonismo en las festividades y a convertirse en un elemento representativo, sobre todo durante las Fiestas del Pilar en Zaragoza.

Las fiestas, que se celebran en honor de la patrona de la ciudad y de la Hispanidad, la Virgen del Pilar, son uno de los momentos más importantes del año para los zaragozanos. El cachirulo se ha convertido, por tanto, en un símbolo clave que los ciudadanos lucen con orgullo.

¿Cómo y cuándo se popularizó?

A pesar de que el cachirulo forma parte del traje tradicional aragonés desde hace siglos, su popularización como un símbolo masivo se produjo durante el siglo XX. Fue en las Fiestas del Pilar donde su uso comenzó a extenderse entre todas las generaciones.

Su popularidad parece que empieza en los años cincuenta, cuando Demetrio Galán Bergua creó la Asociación Amigos de la Jota, con el objetivo de reivindicar el baile regional; fundó la peña 'El Cachirulo', y para acceder se debía llevar puesto el pañuelo rojo y negro. Por lo que los zaragozanos comenzaron a llevarlo y se popularizó.

A día de hoy, el cachirulo es uno de los elementos más característicos de las Fiestas del Pilar. Durante las fiestas, es común ver a personas de todas las edades, desde niños hasta ancianos, luciendo este pañuelo con orgullo.