Zaragoza

La Virgen del Pilar descansa ya en su estructura a la espera de Ofrenda de Flores de este sábado. La imagen se repite cada año, pero esta vez se ha vivido como nunca. El acto institucional organizado por el Ayuntamiento de Zaragoza le ha puesto un extra de emoción con las voces del coro ‘Amici Musicae’ y jotas del grupo Otero del Cid, que han arrancado sonoros aplausos entre el público.

No ha habido mensaje del papa Francisco, pero a muchos se les han saltado igualmente las lágrimas al escuchar en vivo y en directo el himno de la Virgen del Pilar. “Estos días tenemos la oportunidad de contemplar a la Virgen en el camarín, pero también en la plaza del Pilar. Su colocación anticipa ya los días festivos, con la Ofrenda de Flores de mañana, la de Frutos del domingo y el Rosario de Cristal. Esto llena de alegría el corazón de los zaragozanos y es preludio de estos días que vamos a poder pasar muy cerca de la madre”, ha dicho el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, el primero el tomar la palabra.

Hasta ahora, ha remarcado la alcaldesa, Natalia Chueca, la colocación de la Virgen “no tenía un motivo de celebración”. “Nos parece que merece la pena y que hay que darle solemnidad y sentirnos orgullosos de nuestras raíces. La Virgen merecía hacer algo grande”, ha afirmado.

Para Chueca, esta es una forma de hacer “más grande” la propia Ofrenda de Flores, que ya de por sí es “la más grande del mundo”. “En torno a los años 50, los zaragozanos empezaron a acercarse a colocar flores en el camarín de la Virgen y, como se quedaba pequeño, el Ayuntamiento decidió en 1958 comprar 20.000 claveles y repartirlos entre los zaragozanos. De estos 20.000 claveles se ha pasado a los más de 7 millones de flores que se entregan cada año a la Virgen. Son más de 350.000 personas las que participan en la Ofrenda, 150.000 de ellas oferentes, para mostrar su devoción”, ha completado.

El momento no ha podido ser más simbólico. La Virgen ha ocupado su puesto tras el ‘Bendita y alabada’ y con su himno en las voces de ‘Amici Musicae’. La actuación ha sobrecogido a un público que esperaba un bis y no ha tardado en tener lo que quería, con una segunda actuación con la jota ‘Gigantes y cabezudos’ como protagonista.

La alcaldesa ha destacado la Ofrenda como “símbolo de la identidad de los zaragozanos”. “Es la expresión de nuestra fe y nuestra esperanza en el futuro. No hay más que ver las caras de todas las personas que traen flores a la Virgen, ese momento de pedir y de agradecer. Por eso, queremos mantener viva esta tradición, agrandarla y sentirnos orgullosos. La Virgen es nuestro símbolo de amor, paz y fraternidad. ¡Viva la Virgen del Pilar!, ha terminado.