Zaragoza

Un gigante de hermosa hechura, devorador de la pequeñez y espanto de las viejas. El Tragachicos, un tobogán que se traga a los niños y los expulsa por el culo, es una tradición aragonesa que mueve mareas familiares.

Puede parecer irrisorio, imposible o incluso grotesco para algunos. Pero lo cierto es que esta mañana, en la plaza Paraíso, una multitud familiar hacía fila para probar esta tradicional atracción que ha recorrido Zaragoza durante Pilares. 

A las 11.00 la gran estructura ya estaba lista para comerse a los primeros niños y niñas. Una actividad que se alargará durante todo el día, por la mañana hasta las 14.00 y por la tarde de 16:00 a 20:00.

Diversión "a lo grande"

Con ilusión subían los menores hasta lo más alto del baturro, se introducían por su boca y volvían a salir por su trasero entre risas. Unos segundos que merecen la larga espera en una extensa fila, tanto para los pequeños como para los mayores de la familia. "Les gusta muchísimo, se lo pasan en grande", asegura Teresa, quien junto a su marido Guillermo esperan el turno para subir a sus niños al tobogán más especial de Zaragoza.

El más pequeño de los dos hermanos, con tan solo tres años, se muestra ilusionado por volver a probar la atracción. Asiente con la cabeza y sonríe porque "aunque tan solo sea un tobogán, es una tradición muy especial y para ellos es muy divertido y sorprendente", añade Guillermo.

En su caso, han acudido pronto a la plaza y no tardarán mucho en tirarse por el baturro. Otros, han demorado más la llegada y se encuentran más atrás en la fila, a más de media hora por probar la atracción. 

Larga espera

Sonia ha acudido a plaza Paraíso con sus tres hijos. Dice llevar 20 minutos esperando, aunque merece la pena porque "al pequeño le gusta mucho". Por delante, todavía les queda un rato porque, tal y como lo ha descrito la mujer, "la cola es exagerada". Nadie se quiere perder un descenso por esta tradición.

Ni siquiera los que vienen de fuera. Paco, por ejemplo, es un padre vasco que acude con su familia todos los años a las Fiestas del Pilar. "Siempre nos invitan y nos encanta venir. Hace dos años estuvimos en el Tragachicos de Casa Blanca y estuvo genial porque no había casi que esperar", asegura. 

Este año la realidad les ha sorprendido. Acaban de llegar a la fila y, aunque no quieren perderse la tradición, Paco expresa que "la cola de hoy parece la de una de Disney Land, muy bestia".

La atracción del Tragachicos en su tierra es lo que llaman "Gargantúa". "La filosofía es súper parecida, solo cambia el traje regional", explica Paco. "Es un tobogán que te come y te caga", dice su hija pequeña entre risas, que se vienen arriba cuando el padre se hace el sorprendido y le pregunta "¿por el culo?".