Juan Eslava Galán en Zaragoza.

Juan Eslava Galán en Zaragoza. E.E

Cultura

Juan Eslava, historiador y escritor: "El pan y circo romano hoy se llama sexo y violencia en televisión"

El escritor nos habla de su último libro, "Historia de Roma contada para escépticos", una obra que busca acercar al público general las grandes historias y lecciones del Imperio Romano.

Zaragoza
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El escritor e historiador Juan Eslava Galán vuelve a sorprender con su capacidad para hacer de la historia algo accesible y entretenido. En esta ocasión, lo logra con Historia de Roma contada para escépticos, una obra que recorre los hitos más emblemáticos del Imperio Romano desde una perspectiva divulgativa, desmontando mitos y desmitificando el legado cultural romano con su característico toque de humor.

Con motivo de la presentación de su libro en Zaragoza, charlamos con el autor sobre el proceso de creación de esta obra, el impacto de Roma en nuestra cultura y las lecciones que aún podemos aprender de esta civilización.

Juan Eslava Galán en Zaragoza.

Juan Eslava Galán en Zaragoza. E.E

Pregunta: Tu nueva novela parece diseñada para llegar a todo tipo de público. ¿Es esa tu intención como historiador?

Respuesta: Sí, siempre intento que mis libros de ensayo sean de divulgación. Mi objetivo es llegar a todo el mundo y guiarme por un principio que ya tenían claro los romanos: instruir deleitando. Se puede enseñar historia sin ser aburrido, y por eso en mis libros incluyo anécdotas y chistes que hacen que la lectura sea más ligera.

P: ¿Qué métodos utilizas para que la historia no resulte tediosa?

R: Trato de incluir un equilibrio entre información rigurosa y un tono cercano. Por ejemplo, los romanos sabían la importancia de divertir mientras se enseñaba. Su idea del "pan y circo" no era solo política, sino también cultural. Creo que eso se puede aplicar a la escritura: hacer que el aprendizaje no se convierta en una obligación, sino en algo placentero.

P: El Imperio romano es un tema muy amplio, dura varios siglos. ¿Cómo eliges qué contar?

R: No es tan complicado. Me fijo en lo que ya conoce el gran público, como la historia de Rómulo y Remo o el asesinato de Julio César. Son hitos que no pueden faltar porque forman parte del imaginario colectivo. También tengo en cuenta la visión deformada que el cine ha creado sobre Roma. En el libro intento desmontar esos clichés para que los lectores comprendan cómo era realmente la época.

P: ¿Qué anécdota o dato sorprendente sobre Roma destacarías?

R: Hay muchos, pero uno que siempre sorprende es la existencia de algo parecido a una "seguridad social". En Roma, se repartía trigo y cebada a los ciudadanos privilegiados, y se ofrecían espectáculos gratuitos, como el teatro o el circo. Era una forma de mantener al pueblo contento y distraído. Incluso la propia ciudad era un espectáculo: venía gente de todo el Imperio para ver al emperador o simplemente disfrutar de la vida romana.

P: Zaragoza, Caesaraugusta, fue fundada como colonia romana. ¿Qué impacto tuvo Roma en la ciudad?

R: Zaragoza es esencialmente Roma. La configuración rectangular de su casco antiguo, con el cardo y el decumanus como ejes principales, es típica del urbanismo romano. El emperador Augusto fundó Cesaraugusta para asentar a los legionarios que combatieron en las guerras cántabras, otorgándoles privilegios como la exención de impuestos. Más tarde, Tiberio amplió la ciudad y dignificó el foro, que era el centro de la vida pública.

P: Tengo una amiga de Madrid, que vive aquí en Zaragoza y siempre me dice que no entiende qué vieron los romanos en esta ciudad con un clima tan ‘horroroso’. 

R: A los romanos no les preocupaba el clima. Para ellos lo importante era la ubicación estratégica. Zaragoza tiene el Ebro, buenas comunicaciones y un territorio ideal para el comercio. Los romanos eran extremadamente prácticos: si pudieron establecerse en el Sáhara o en las frías tierras del norte de Europa, el clima zaragozano no era un obstáculo.

P: ¿Qué legado cultural nos ha dejado Roma?

R: Tres cosas fundamentales. Primero, el idioma y la literatura, porque el español deriva directamente del latín. Segundo, el derecho romano, que estableció las bases del concepto de justicia en nuestra sociedad. Y tercero, la idea de la ciudad como núcleo de organización social.

P: ¿Qué destacarías del Imperio Romano como historiador?

R: Su capacidad para asimilar y adaptar lo mejor de otras culturas. Copiaron de Grecia en arte, literatura y filosofía. También integraron religiones y sistemas de pensamiento, como el cristianismo, que terminó siendo la religión oficial del Imperio. Roma era extremadamente ecléctica y abierta en este sentido.

P: ¿Qué importancia tiene la visión crítica en la historia?

R: Es esencial. Los historiadores hacemos un poco de detectives. Muchas fuentes históricas están distorsionadas por propaganda o intereses del momento. Por ejemplo, se han exagerado aspectos negativos de emperadores como Calígula porque los cronistas estaban al servicio de sus sucesores. También está el caso de Tácito, que pudo haber hablado de Cristo, pero ciertos textos se recortaron en la Edad Media por motivos religiosos, y ese recorte demuestra que Cristo no es un personaje ficticio, sino que existió realmente. La historia siempre exige interpretación crítica.

P: ¿Qué papel juega la arqueología en este proceso?

R: La arqueología complementa la historia escrita con datos muy valiosos. Por ejemplo, algunas teorías sugieren que el uso de plomo para endulzar el vino pudo contribuir a la decadencia de Roma al afectar a la salud mental de las élites.En Roma no conocían el azúcar y endulzaban las bebidas, sobre todo el vino, con raspaduras de plomo. Y las raspaduras de plomo contienen productos que afectan al cerebro. Es una hipótesis arriesgada, pero tiene lógica.

P: ¿Qué deberíamos aprender o desaprender de Roma?

R: Deberíamos desaprender su tolerancia hacia la corrupción, que estaba normalizada en su sociedad. También deberíamos reflexionar sobre su dependencia del trabajo esclavo, que hoy se ha transformado en una explotación laboral menos visible, pero igualmente injusta. Hemos conseguido que el trabajo esclavo se haga en otros países donde no lo vemos. Nos compramos unas zapatillas de estas de X marca, a lo mejor a un precio bajo, porque hay un pobre desgraciado que las está haciendo a 5.000 o 6.000 kilómetros de aquí. Es decir, nosotros tenemos otra manera de explotar el trabajo esclavo sin verlo. Seguimos repitiendo patrones romanos porque la naturaleza humana no ha cambia.

P: Antes de despedirnos, una última pregunta ¿Qué mensaje quieres dejar a tus lectores con este libro?

R: Mi objetivo es doble: informar sobre Roma, que está muy de moda, y divertir. Quiero que los lectores disfruten del libro y que no se les caiga de las manos. Esa es mi ambición con este y con todos mis libros.