Zaragoza

El icónico edificio de El Cubo, situado junto al estadio de La Romareda, en Zaragoza, ya es historia. Las máquinas de la Unión Temporal de Empresas (UTE) OHLA-Deltapunt han acabado con sus cuatro caras y solo han dejado el esqueleto, en el que se seguirá trabajando estas próximas semanas.

La antigua sede la Cámara de Cuentas de Aragón ha ido perdiendo su ser día tras día. De ella se salvó la cúpula de madera del artista Santiago Arranz, ubicada en la última planta y propiedad del Consistorio zaragozano, pero poco más.

Trabajos en el Gol Sur de La Romareda E. E.

Ubicada en una parcela de 416 metros cuadrados y levantada en 1991, surgió como resultado de la transformación en oficinas del edificio que se construyó como sede de prensa con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, de los que Zaragoza fue subsede. Una vez acabada la mudanza e iniciadas las primeras demoliciones del estadio, las máquinas procedieron a quitar, cristal por cristal, su ‘recubrimiento’ exterior.

La tarea, para la que se requirió de una enorme grúa con ventosas, no fue nada sencilla, ya que ha habido que actuar tanto en su planta baja como en las cinco alzadas, que volaban sobre la primera para formar su característica forma cúbica.

Los trabajos de los últimos días han dejado al descubierto su estructura metálica, hasta ahora oculta, una imagen que ha disparado la curiosidad de ciudadanos y aficionados, siendo decenas los que, cada día, se acercan al entorno de la calle de Jerusalén para tomar una foto. Como adelantó la alcaldesa, Natalia Chueca, se ha ido “de abajo a arriba”, quedando ahora una segunda fase que irá “de arriba a abajo”.

En este caso, la complicación vendrá por la necesidad de compatibilizar las obras con el ir y venir de coches y autobuses que se producirá ya desde principios de septiembre con la vuelta de las vacaciones de verano y el inicio de las clases en colegios e institutos.

La imagen impresiona todavía más al lado de la ‘zona cero’ en la que se ha convertido el Gol Sur del estadio municipal, utilizada por los perros de la UME para prácticas de salvamento y repleta de escombros. De las gradas superiores ya no hay ni rastro, y en las inferiores se trabaja sin parar para cumplir los exigentes plazos de esta Fase 1A, que tendrá una duración total de 24 semanas y terminará en torno al mes de diciembre.

Los operarios, en la zona de la antigua Gerencia de Urbanismo

Donde tampoco hay descanso es en el entorno de la ya desaparecida Gerencia de Urbanismo. Aquí, el reloj juega en contra, ya que los nuevos accesos provisionales tendrán que estar listos para el 8 de septiembre, día en que el Real Zaragoza disputará el primer partido de la competición contra el Elche, con el objetivo de facilitar el paso de la afición. Este miércoles, los operarios se centraban en el entorno de las escaleras, junto a la zona de prensa y a apenas unos metros de la montaña de césped que se ha retirado estos días. Lo hacían con hormigoneras, claves para devolver a la zona una cierta normalidad.