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Lo que debería ser la fiesta del fútbol aragonés con un partido entre los dos representantes de la Comunidad en el fútbol profesional, el Huesca y el Real Zaragoza, ha terminado siendo un partido más. Incluso, con menos interés y público en las gradas de El Alcoraz que otro fin de semana.

Durante estos años pasados, el día de partido entre el Huesca y el Real Zaragoza se convertía en una jornada especial, de convivencia y de orgullo para unos y otros. Uno de esos partidos, como se suele decir, que comienzan antes del pitido inicial, en los que el primer gol lo anota la afición más fiel. Sin embargo, esta vez iba a ser todo lo contrario y así ha sido.

Apenas dos horas antes de las 18.30, el ambiente por las calles desmentía que se fuese a jugar un partido de fútbol en la ciudad altoaragonesa. Se veían ciertas camisetas de ambos equipos, pero muy lejos de lo habitual, cuando el centro y los alrededores se convierten en un duelo de aficiones, donde solo se respira fútbol.

En cuanto a los aledaños del estadio, comenzaban a ver más gente conforme pasaba el tiempo y se aproximaba el inicio del partido, principalmente había seguidores locales, animados con la música que pone el propio club y con ligeros cánticos. Entre ellos, sonaba el himno de la S.D. Huesca.

Precio entradas

La razón de esa desangelada atmósfera no era otra que el “abusivo” precio de las entradas para locales y visitantes. Hace unas semanas la S.D. Huesca anunció que se celebraría el día del club el 9 de noviembre frente al Real Zaragoza, por lo que la entrada no entraba en el abono simple y los propios oscenses deberían pagar más de 50 euros. Por su parte, para la afición visitante la cuantía ascendía a los 70 euros.

Todo ello provocó una gran polémica y enfado. Por eso, el zaragocismo se movilizó para acudir a Huesca, sin entrada y para “no colaborar con ese negocio” a modo de protesta. No obstante, debido a los acontecimientos causados por la DANA en España, finalmente el Gol de Pie lanzó un comunicado cancelando esa quedada fuera del estadio.

Así pues, el ambiente era todavía más pobre que el esperado. Aunque, sí se veían algunos zaragocistas. Entre ellos, varios afirmaban que iban a hacer algo de previa pero sin entrar al campo, manteniendo la iniciativa de la grada de animación.

Las gradas del estadio en el duelo aragonés. E.E.

Entre oscenses y zaragocistas pocas veces se había estado tan de acuerdo en algo. Las dos hinchadas aragonesas coincidían en que estaba todo "muy tranquilo", “no era lo mismo” y que era “una vergüenza” como se había despreciado a la afición.

En definitiva, el partido se quedaba simplemente en 90 minutos, en la lucha dentro del campo, del terreno de juego. Los jugadores eran protagonistas ante los seguidores, la pelota, ante los cánticos masivos.

Dentro de El Alcoraz, la grada tampoco lucía en su máximo esplendor. Antes del partido, ligeros aplausos para los jugadores cuando salían a calentar. Como detalle, el Real Zaragoza lo hacía con nueva vestimenta, tanto sudadera como camiseta.

Y los asientos visitantes, prácticamente vacíos… Algo insólito para un zaragocismo que se moviliza a todas partes de España por el escudo. Pero la afición ha hablado como se debe hablar y espera que en la próxima ocasión, sea diferente.

Por último, al feudo altoaragonés sí han asistido las alcaldesas de ambas ciudades: la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y la de Huesca, Lorena Orduna. Igualmente lo hacía Mar Vaquero en representación del Gobierno de Aragón. Las instituciones apostaban por un derbi de "deportividad".