La temporada 2024/25 acaba de comenzar. Solo se ha disputado una jornada, pero en el Real Zaragoza ya se puede hablar de una gran revelación. El canterano Marcos Luna ha cambiado por completo su situación en apenas un mes, gracias a su trabajo y rendimiento.
Sin oportunidades en el primer equipo zaragocista, Marcos Luna salió cedido el pasado mes de enero a la Real Unión de Irún, de Primera Federación, para disputar allí la segunda parte del curso. En su regreso del préstamo y con contrato hasta 2026, el Real Zaragoza no contaba con el futbolista y era uno de los que se esperaba que saliese en la ventana de verano. Pero su futuro ha dado un giro radical.
El lateral derecho arrancó la pretemporada a las órdenes de Víctor Fernández y poco a poco se ha ganado su confianza. El canterano, junto con Azón, ha sido el máximo goleador en la preparación con dos tantos (Tarazona y Nástic de Tarragona).
Así pues, su presencia en el equipo parecía cada vez más clara, sobre todo, teniendo en cuenta que el Real Zaragoza actualmente cuenta únicamente con Iván Calero en su posición (Borge sigue lesionado). En el debut ligero el pasado viernes frente al Cádiz, Luna entró en el verde en el minuto 80. Su salida ayudó a los aragoneses a proteger su banda, y además, se estrenó como goleador zaragocista en partido oficial.
Cuando el marcador ya lucía un contundente 0-3, el defensa se quiso unir a la fiesta. En el 90, aprovechó una asistencia de tacón de Jair Amador para poner el 0-4 definitivo en el Nuevo Mirandilla. Su primer gol con la camiseta del Real Zaragoza y como profesional.
Incluso, al acabar el encuentro Víctor Fernández valoró el papel que había jugado su aparición. "Quiero felicitar a Luna. Teníamos un problema terrible en la banda izquierda y con su entrada se ha solucionado", reconocía el técnico zaragozano.
Pese a las intenciones que hubiera hace unas semanas o de los intereses de equipos como el Burgos, Marcos Luna, salvo sorpresa, se quedará en casa y será el sustituto de Calero en el lateral derecho.
Ese gol es el reflejo de su buen momento y él, ejemplo de ganarse las cosas sin hacer apenas ruido.