La Cámara de Comercio vuelve a brillar para aportar luz a las empresas zaragozanas. En junio del año pasado cayeron dos rayos sobre la sede, lo que provocó un incendio que afectó principalmente al hall, si bien el calor afectó a gran parte del edificio y el hollín se metió por todos los rincones estropeando documentos, aparatos electrónicos, moquetas, cuadros… Tres millones de euros han servido, no solo para reparar lo dañado, sino para mejorar y renovar muchas estancias y mobiliario de la Cámara.
Desde que ocurrió el suceso, la Cámara de Zaragoza ha trabajado para recuperar cuanto antes la belleza y el esplendor de este edificio, que forma parte del patrimonio histórico de la ciudad y está catalogado como Bien de Interés Cultural. Las obras se han prolongado durante un año debido principalmente a la complejidad y extensión de los trabajos necesarios para rehabilitar completamente la sede tras el incendio, así como a los imprevistos surgidos por la antigüedad del edificio y el deterioro de ciertas áreas. Se ha conseguido un edificio más sostenible, que cumple con todas las normativas vigentes y con espacios abiertos que permiten una forma de trabajo más funcional y dinámica. Falta por reformar el salón de actos que se rehabilitará en una segunda fase prevista más adelante.
Un tercio de los más de tres millones de inversión, ha sido asumido por el seguro y el resto se deriva de obras de acondicionamiento obligatorias para la actualización y adaptación del edificio a las normativas. Las obras han contado con el apoyo institucional de la Diputación Provincial de Zaragoza, que va a aportar 2 millones de euros a través de una subvención nominativa que está en tramitación, y del Gobierno de Aragón, que aportará 400.000 euros este año y otros 400.000 en 2025 para invertirlo en la segunda fase de las obras.
La Cámara también lanzó tras el incendio una campaña de patrocinios para colaborar en la reforma y se ha contado con la participación de muchas grandes y pequeñas empresas que han contribuido en la medida de sus posibilidades, consiguiendo cerca de 300.000 euros entre aportaciones económicas y en especie. Además, en el momento del incendio, muchas empresas cedieron espacios para que la Cámara pudiera seguir prestando sus servicios y organizando sus actividades.
Durante el año de las reformas se ha constatado el importante papel que juega la Cámara de Comercio en el territorio: el nexo que supone la Cámara entre el tejido empresarial, la sociedad y las administraciones. Una labor de acompañamiento y apoyo a las empresas de Zaragoza, especialmente a las pymes. “Por ello era importante recuperar nuestro espacio, un icono que simboliza nueva voluntad de servicio. Creo que se ha hecho una rehabilitación a la altura de la importancia de nuestra ciudad y de todo aquello que la Cámara representa. A partir de ahora, el faro de la Cámara volverá a brillar para seguir siendo lo que más nos gusta ser: la casa de las empresas y de sus líderes”, ha explicado el presidente de la Cámara, Jorge Villarroya.
Los trabajos de reforma han servido para mejorar las instalaciones de forma sostenible, por ejemplo se han cambiado casi el 70% de las bombillas a LED, lo que supone un gran ahorro en consumo. Por otro lado, la Cámara ha hecho una apuesta innovadora en la sustitución de las viejas ventanas por unas nuevas realizadas con un novedoso vidrio que asegura el compromiso con una baja huella de carbono, aísla del frio, del calor y sobre todo del ruido.
Se ha modernizado la zona de las oficinas, consiguiendo un espacio más abierto y funcional, pero también se ha trabajado para conservar el patrimonio artístico e histórico de distintos aspectos del edificio. Entre ellos está la restauración de las vidrieras, en cuya realización se está prestando especial atención a la limpieza, con sumo cuidado y delicadeza, desmontando pieza por pieza, y en la que también es importante la recuperación de vidrios rotos, emplomado y perfilado.