El comportamiento de la economía aragonesa durante el primer semestre ha sido más favorable y positiva de lo esperado inicialmente. Así lo reconocen desde CEOE Aragón, que han elevado hasta el 2,7% sus previsiones de crecimiento para la Comunidad hasta aproximarse a la media nacional. No obstante, siguen previendo una ligera contención durante la segunda mitad del 2024.

Según la patronal aragonesa, la caída de la inflación, sobre todo en los carburantes y los alimentos, y la bajada de los tipos de interés son los principales factores que explican esta mejora en las previsiones económicas. Además, ven que el comportamiento del mercado ha sido “muy bueno”, aunque siendo “cuidadosos”, ya que los principales clientes, como Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, todavía tienen un crecimiento inferior al español.

En este sentido, este viernes se han conocido los datos de exportaciones hasta el mes de julio, cuando, en el acumulado del año, crecían un 0,8%, hasta alcanzar los 10.364 millones de euros. Destacaba el fuerte descenso del 54% de la automoción, uno de los sectores más pujantes de la economía aragonesa, y, en menor medida, de bienes de equipo y materias primas.

De esta forma, y pese a que los conflictos internacionales siguen siendo un quebradero de cabeza, las empresas valoran haber conseguido una “mayor estabilidad de precios” y de costes laborales. “Teníamos crecimientos grandes y, a raíz de los acuerdos entre empresarios y sindicatos, se han ido normalizando”, ha destacado el presidente de la Comisión de Coyuntura Económica de CEOE Aragón, Félix Longás.

Al contrario, los empresarios lamentan el freno que todavía supone la “lentitud administrativa”, más en una época donde “estamos obsesionados por la IA”, pero “la administración no avanza”. “Solamente hay una manera de ganar competitividad, que es mediante la digitalización y la automatización, y eso no pasa en la administración. Es un freno importante”, ha afirmado Longás.

Infraestructuras en el Pirineo

Por otra parte, desde CEOE han expuesto su preocupación por las consecuencias que pueda tener para la provincia de Huesca el cierre del Somport. La alta densidad ganadera en la zona obliga a sufrir un importante tránsito de vehículos tanto para atraer materias primas como para exportar la producción, por lo que el corte de este paso fronterizo alerta de severos perjuicios para el sector, junto a otros como el transporte, que ahora debe cruzar por País Vasco o Cataluña.

Por ello, Longás ha incidido en la necesidad de apostar por otros pasos fronterizos, como el Canfranc o la Travesía Central Pirenaica. “Parece que nos da miedo y nos conformamos con parches. Debemos pensar en grande, volvernos más incisivos y transmitirlo bien a Europa. Estamos perdiendo competitividad porque añadimos un costo para el producto que no tiene ningún valor”, ha remarcado.