Raúl Gascón
Zaragoza
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La principal red ferroviaria de Aragón se encuentra al borde del “colapso”. Las obras en el corredor mediterráneo y en las proximidades de los puertos de Barcelona y Tarragona ya están provocando importantes pérdidas en los operadores, que ven como Renfe apenas alcanza a cumplir con un 15% de sus compromisos en Aragón por los bloqueos en estas zonas.

Así se está evidenciando en las últimas semanas en la Terminal Marítima de Zaragoza (TMZ), que está sufriendo una caída en su actividad del 70%. El motivo radica en las obras en el túnel de Roda de Berà (Tarragona), que comenzaron el 1 de octubre y se prolongarán hasta marzo. Se calcula que el 40% de los surcos disponibles por Renfe no se están utilizando, y Cosco, uno de los principales actores ferroviarios, ha cancelado los servicios ferroviarios entre Barcelona y Zaragoza hasta nuevo aviso.

De hecho, hay sectores concretos, con una gran repercusión económica, amenazados por este bloqueo ferroviario, que incluso podrían verse obligados a detener su producción, como son la alfalfa o el porcino. Se suma, además, el riesgo de que los operadores elijan otras rutas y las plataformas pierdan clientes a largo plazo.

Tanto el Gobierno de Aragón como los responsables de la TMZ ya alertaron de la “gravísima” crisis que se podía avecinar si no se corregía rápidamente esta desviación del tráfico. Desde el Ejecutivo no dudan de la necesidad de acometer estas obras, pero creen que se ha actuado “con unos alarmantes niveles de improvisación” y sin alternativas para evitar daños irreparables al sector ferroviario.

Obras en la línea con Madrid

Y, además, esta situación puede verse agravada en los próximos meses, cuando, a partir de abril, la conexión entre Madrid y Zaragoza de Mercancías y Media Distancia quedará cortada al tráfico hasta fin de año por las obras en los túneles para la autopista ferroviaria con Algeciras. Desde Adif plantean como alternativa hacer la conexión a través de Medina del Campo y Miranda de Ebro por Logroño.

Algo similar vivirán los usuarios de la línea entre Teruel y Valencia, que se cortará para acondicionar los túneles y adaptarlos a una autopista ferroviaria. Esto supondrá un corte de entre seis y nueve mes de la vía. “Vamos a estar cortados por todos los lados. Si Renfe no se adapta y Adif no planifica correctamente de forma coordinada, habrá un colapso completo”, ha avisado el director general de Transportes, Miguel Ángel Anía.

Hasta 400 euros de incremento por contenedor

Y desde el sector no dejan de mirarlo con máxima preocupación. No en vano, desde la asociación de transitarios Ateia alerta de que el coste de cada contenedor podría dispararse hasta 400 euros, más todo el daño medioambiental que se estaba tratando de minimizar. “Entre todos estamos abogando por un transporte con menor contaminación y el tren ayuda a ello, pero no tener una planificación estratégica genera estas cosas. Debe haber una estructura para estudiar afecciones y proponer alternativas”, ha avisado su presidente, Ismael de Marcos.

Actualmente, tanto las plataformas aragonesas como el puerto de Barcelona se están llenando de contenedores cargados listos para la exportación y que no se pueden mover. “Podemos mover por camión o ir a Valencia. El tren debe ser fiable con un movimiento de mercancías regular. Al parar el engranaje y detectar esta problemática, no existe otra alternativa al lado a la que nos podamos subir”, ha remarcado.

Por ello, desde la asociación de transitarios, que agrupa a empresas de transporte internacional y aduanas, esperan que esta voz de alarma sirva para poder solventar en un futuro estos problemas y trabajar con la suficiente planificación. “Crear una línea de ferrocarril y ganar la confianza del cliente cuesta mucho, pero es muy fácil perderla”, ha advertido De Marcos.