La nueva gigafactoría de Stellantis en Figueruelas se convirtió en realidad este martes tras el acuerdo millonario entre Stellantis y CATL. Esta nueva planta de hasta más de 130 hectáreas de superficie albergará la producción de baterías para coches eléctricos, suponiendo un giro de tuerca a la situación automovilística que vive Aragón.
Esta planta apostará por la hibridación y contará con unos macroacumuladores que multiplicará la producción renovable y abaratará costes mediante una tecnología innovadora. Esto hace que sus baterías sean más duraderas y tengan una carga más eficaz que las de la competencia.
Además de suponer un propulsor para el sector automovilístico, con esta nueva plana se tiene la esperanza que genere un gran número de puestos de trabajo. Según han confirmado fuentes de Stellantis, la gigafactoría podría llegar a suponer la creación de hasta más de 3.000 nuevos puestos una vez que este funcionando en plenas condiciones. Por el momento, los perfiles exactos que se van a necesitar para estos puestos se desconocen pero sí que se precisará personal cualificado.
Un reto para el sector
Ante la llegada de este nuevo cambio de paradigma en el sector con los vehículos eléctricos y los diferentes componentes con los que se constituyen estos coches, la industria aragonesa se enfrenta a un reto en el que buscará adaptarse y hacerse un hueco como proveedores de esta nueva planta de gigafactorías.
Por el momento, desde Cluster Automoción no pueden fijar el impacto que va a tener para las empresas de la región ya que se "desconoce" todos los componentes que conforman las baterías. Por ello, como ya adelantaron este martes a principios de abril se va a proceder a la apertura y análisis de un coche eléctrico chino para conocerlo en profundidad y poder proceder.
"No podemos precisar cómo va a afectar ya que el proceso va a ser más lento porque el proceso va a ser más lento con más de dos años para que la fabrica se consolide", explica David Romeral, gerente del Cluster de la Automoción. Sin embargo, se espera que esto pueda suponer la búsqueda de nuevos proveedores y estos sean de la región para abaratar gastos.
Además, los componentes electrónicos y químicos que conforman la batería podría suponer nuevos perfiles de trabajadores que entren en el sector. "Supondrá formaciones de manipulación de batería, una cualificación especial como programadores o químicos", detalla.
La gigafactoría de Figueruelas será una de las mayores de Europa. Si se cumplen los plazos, a mitad de 2025 podrían verse ya las primeras obras, aunque será en las próximas semanas cuando se conocerá el calendario exacto. El objetivo es que la planta inicie su producción hacia finales de 2026, de ahí que no haya tiempo que perder.