Una vez que se ha agotado el champán que estaba guardado en la nevera hasta que Stellantis confirmara su gigafactoría en Figueruelas, toca analizar y emprender los retos que surgen tras el anuncio de este proyecto. La llegada de 3.000 trabajadores directos, más el impacto que pueda suponer la industria auxiliar a su alrededor, obliga a las administraciones a prepararse para aprovechar al máximo esta oportunidad que marcará el futuro de varias generaciones.
Así, la vivienda emerge como uno de los grandes problemas en la actualidad. No en vano, si muchos municipios ya tienen las alertas encendidas por la falta de pisos e inmuebles, esta situación se agrava con las importantes perspectivas de atracción de empleo que se generará alrededor de Stellantis, con efectos que se extenderán más allá del municipio de Figueruelas y de la comarca de la Ribera Alta del Ebro.
De hecho, en Figueruelas, su alcalde, Luis Bertol, es claro sobre la situación actual. “Hoy por hoy, la oferta de vivienda de alquiler es 0. La vivienda nueva también es 0, y, de segunda mano, hay un par en venta, y son viejas. Para de contar. Es un problema”, ha apuntado.
Por ello, ha hecho un llamamiento al sector privado para que se decidan a invertir, dadas las potenciales necesidades y la existencia de importante cantidad de suelo público y privado a disposición. “Hay mucho suelo y de todo tipo, con desarrollo urbanístico completo, a mitad de desarrollo, urbano consolidado, solares para construir mañana… Hay una amplia gama, y bastante espacio”, ha señalado Bertol.
De esta forma, el municipio, que cuenta actualmente con cerca de 1.300 habitantes, no quiere repetir lo ocurrido a comienzos de los años 80, cuando, sin colegios, polideportivo, piscinas ni servicios, “perdimos ese tren”. “La gente que vino a la GM se fijó más en Casetas, Utebo o Zaragoza. Figueruelas no creció tan apenas. Eso ha cambiado. Ahora, diría que tenemos mejores servicios que cualquier municipio del área metropolitana. Si somos capaces de sacar al mercado vivienda asequible, podemos crecer”, ha asegurado.
Ante todas estas necesidades, varias localidades se han unido bajo la Asociación Grupo de Ciudades Españolas del Sector Automoción y Componentes (ACEAC), donde, además de Figueruelas, están Almussafes (Valencia, sede de Ford), Ávila (con Nissan), Martorell (Barcelona, con Seat), Martos (Jaén, con Valeo), o Villamuriel de Cerrato (Palencia, con Renault). Ahí se pondrán en común los retos y problemáticas de los municipios con industria automovilística a su alrededor, con el objetivo de buscar respuestas y soluciones comunes.
La última en incorporarse a esta asociación es Pedrola, también muy influenciada por la planta de Stellantis y la industria auxiliar. En su caso, también perciben “verdaderos problemas” de vivienda para acoger a posibles trabajadores que quieran tener una residencia cerca de la fábrica. “Ya no tenemos prácticamente vivienda deshabitada ni para alquilar. A los inversores les hace falta un último empujón para que se decidan a invertir en el municipio”, ha reseñado su alcaldesa, Manuela Berges.
Por ello, el Ayuntamiento de Pedrola actuó con previsión y se dotó de más suelo el pasado año, y ha cedido otras parcelas al Gobierno de Aragón para construir vivienda de alquiler. “Cuando lo hablamos, pusieron por delante los municipios turísticos, pero, con este anuncio, debemos cambiar esa escala de necesidades. Empieza a urgir. Una cosa es cuando empiece la producción, pero, antes de eso, la construcción también necesitará de muchísima mano de obra”, ha apuntado Berges.
En su caso, además, pone sobre la mesa la necesidad de impulsar más carreteras y expandir el ferrocarril para el transporte de los trabajadores, con preocupación con la congestión que se podría generar a la salida de la autovía. “Ya están saturadas y, sumando la gigafactoría y sus proveedores, si no tomamos cartas en el asunto, puede llegar a ser un gran problema para nosotros”, ha señalado la alcaldesa de Pedrola.
Para estos municipios, el Gobierno de Aragón ha dedicado su Plan 700, diseñado para la rehabilitación de viviendas de propiedad municipal o adquiridas por los ayuntamientos para destinarlas al alquiler a precio asequible. Los 700 municipios de menos de 3.000 habitantes recibirán ayudas de entre 50.000 y 66.000 euros por vivienda rehabilitada y regenerar sus cascos urbanos. La primera convocatoria, de 10 millones, permitirá rehabilitar 184 viviendas en 73 municipios aragoneses.