Zaragoza
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La economía aragonesa será capaz de crear entre 8.000 y 9.000 empleos durante los dos próximos años, lo que le permitirá crecer por encima de la media europea en 2025 y 2026. Después de tener un incremento del PIB del 3% en el pasado 2024, la Comunidad vivirá una pequeña desaceleración, mejorando sus cifras un 2,2% y 1,8% en los próximos dos años, notablemente por encima de la media europea, dejando una tasa de paro del 8%.

Así lo refleja el último informe regional de BBVA, que, no obstante, no tiene en cuenta las inversiones anunciadas por empresas en Aragón, cifradas en 40.000 millones en 2024, lo que permitiría revisar al alza estos datos cuando entren en funcionamiento. “No lo hemos incluido. Observamos que el impacto, en estos momentos, no es suficientemente significativo para dar previsiones más optimistas. Si las vamos registrando durante el año, haremos las previsiones al alza”, ha explicado Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research.

La débil recuperación en Europa y su efecto en la industria, las incertidumbres en el sector exterior derivadas de los anuncios de aranceles, y el inicio de la aplicación de las reglas fiscales en Europa son los motivos que provocarían ese freno al crecimiento en Aragón en los próximos años. “Hay dudas de si, a corto plazo, veremos una recuperación de la economía alemana o si los problemas son de carácter estructural”, ha afirmado Cardoso.

Aun así, Aragón resiste con fuerza, impulsado por el buen comportamiento de la demanda interna, particularmente del consumo privado, y del turismo. Tras el fuerte empuje de la afiliación en 2023, casi generalizado pero dominado por servicios públicos y comercio, en 2024 estos mismos sectores continúan liderando el dinamismo del empleo. Únicamente la hostelería y la agricultura muestran una desaceleración, mientras que las manufacturas, los servicios públicos y el comercio mantienen su fortaleza.

El empleo se mantuvo dinámico en Zaragoza capital, impulsado por los servicios, y en las áreas urbanas de Huesca y Teruel. Esto se vio favorecido por el aumento de la población activa de origen extranjero, pero también por el dinamismo en la contratación de nacionales. “Entre un 20 y 25% del empleo creado está yendo a parar a inmigrantes. Esto ha permitido que se pueda absorber la mayor demanda por servicios turísticos, alojamientos y restauración”, ha expuesto Cardoso.

De cara al futuro, la falta de inversión, particularmente en el mercado de la vivienda, puede representar, según BBVA, un obstáculo para el crecimiento, sobre todo en las zonas urbanas, donde la oferta insuficiente limita el desarrollo económico. A esto se suma el incremento de los costes laborales, que podría ralentizar la creación de empleo, con la incertidumbre del efecto que tendrá la reducción de jornada.

Las dudas en torno a la automoción suponen otra piedra en el camino de Aragón, que se asoma a unos años de dudas durante la transición al coche eléctrico y la producción de baterías. “La gente tiene mucha incertidumbre en qué vehículo comprarse. Los precios todavía son superiores a los de motor de combustión y hay falta de infraestructura de recarga. No esperamos soluciones rápidas y efectivas, lo que lastrará el crecimiento del sector”, ha añadido el economista jefe de BBVA Research.