Todavía con el corazón encogido por los efectos devastadores de la DANA a su paso por Valencia, con los ojos húmedos por los movimientos de solidaridad espontánea que han surgido por toda la península y por esas caravanas de personas andando, armadas con palas y garrafas de agua, dirigiéndose a la zona 0. Con ese dolor compartido por tantas vidas segadas anticipadamente y la impotencia de tantos que lo han perdido todo. El invierno a la vuelta de la esquina. Lo que se ha tardado en…, la UME, los voluntarios, los accesos, incertidumbres... La realidad. Remangarse, enfangarse, pedir y recibir, comprometerse y dar. Las responsabilidades. La rabia y la desolación.
Lo primero es lo primero. Pero después, hay que hacer habitables, nuevamente, los edificios. Y lo antes posible. Si el desastre ocurría el martes 29, desde el día siguiente, los AAFF nos empezamos a organizar para ayudar a los compañeros damnificados en su labor: envío de bombas de achique, movilización de proveedores de toda España. El domingo 3 por la tarde, celebrábamos una reunión on line a la que asistimos más de 100 compañeros de toda la península para, con la experiencia de quienes han pasado por situaciones similares, hablar de protocolos de actuación, situaciones y recursos. Unos, afectados directamente, otros, con la voluntad de cómo poder ayudar. Con la presencia de un perito del Consorcio de Compensación de Seguros, que aclaró conceptos y actuaciones que permitirán rapidez y eficacia en la tramitación de los expedientes y solución de los problemas, dentro de la avalancha.
Algunos compañeros han ofrecido servidores de manera temporal, o se han prestado a ayudar a los compañeros afectados en la presentación de declaraciones de siniestros. Centralitas, facilitación de herramientas informáticas y otros recursos…
Impagable la gestión de los Colegios Profesionales y la iniciativa de muchos. Qué importante la Colegiación en estos casos, el compañerismo.
En una primera estimación, los Administradores de Fincas consideran que el número de viviendas asoladas oscila entre las 110.000 y las 130.000. Hay que tener, cuanto antes, organizado el trabajo y los recursos para poder llevar a cabo la misión de rehabilitar esos edificios lo antes posible, que los vecinos puedan volver pronto a sus casas, que poco a poco se vaya recuperando la normalidad, una vez se supere esta primera fase.
Restituir los servicios, ver qué edificios o partes de edificios son habitables y cuáles no. Peritar. Contratar técnicos y coordinar industriales. Procurar los recursos económicos para financiar todo ello: cobrar en el menor tiempo posible las indemnizaciones de seguros, conseguir adelantos, tramitar ayudas.
¿Qué harán los edificios que no tengan un Administrador de Fincas Colegiado? ¿Cómo se enfrentarán a todo ello?
El trabajo es ingente. Y hablamos de compañeros y sus colaboradores que, como cualquiera, tienen afectados sus despachos, sus casas y las de sus familiares y también lo han perdido todo. Pero van a tener que levantarse y liderar la rehabilitación de las Comunidades de Propietarios bajo su responsabilidad. Es posible que tengan que hacer reuniones extraordinarias y urgentes en solares todavía con fango hasta las rodillas, y afrontar un trabajo inhumano que todavía no está reconocido como consorciable.
¿Que para qué sirve un Administrador de Fincas? Sí, para gestionar presupuestos, averías del ascensor, problemas de civismo, morosidad, pasar al cobro las cuotas de comunidad, regular los accesos a las piscinas, asegurarse del cumplimiento normativo, pasar las ITEs, gestionar subvenciones… para todo eso y más.
Pero también para dar seguridad al ciudadano de que su mayor patrimonio, su vivienda, va a ser gestionada con profesionalidad, garantías y dedicación. Y si ha pasado una Dana, ha ocurrido un terremoto, se ha desbordado un río o ha ocurrido un incendio, va a haber alguien capaz y comprometido al frente de la situación, sea cual sea ésta.
Y detrás de ese Administrador de Fincas Colegiado, está su Colegio Profesional y, a su lado, sus compañeros.
*Administradora de Fincas