El presidente de Aragón trata de esconder su minoría y falta de voluntad para presentar los presupuestos de Aragón. Estos meses están marcados en el calendario para elaborar y negociar las cuentas que deben regir la gestión de las instituciones públicas durante el año que viene.

Hablamos de la principal herramienta para dar respuesta a las necesidades y retos de cada momento. Los presupuestos son la vía para garantizar servicios, inversiones y una parte importante del apoyo a la economía, aspectos que se ven debilitados si no se aprueban en tiempo.

Además, su tramitación supone un elemento central del debate político, pues se confrontan modelos, se proponen nuevas prioridades y se garantizan aspectos como la transparencia y la información, vitales en cualquier democracia avanzada. No en vano, el propio PP exige de forma recurrente que se presenten las cuentas en aquellas instituciones que no gobierna.

Lo cierto es que, a estas alturas de año, el PP no ha sido capaz de iniciar este debate en Aragón. Un PP que pareció liberado tras la salida de VOX del gobierno pero la realidad es la que es. Un gobierno en minoría incapaz de buscar alianzas sensatas. Pudo Azcón, y amplios sectores de la sociedad, sentirse aliviado por la espantada de la ultraderecha del consejo de gobierno, pero la cara B de este sainete sigue otorgándoles a los de Abascal capacidad de bloqueo y nos deja un PP altanero y carente de cintura y capacidad negociadora, que demuestra su irresponsabilidad cada vez que minimiza su realidad aritmética.

Hoy, el presidente pone excusas que rozan el ridículo para no presentar sus cuentas, empezando por su negativa a presentar ante las Cortes el “techo de gasto” es decir la cifra de recursos de los que vamos a disponer. La presentación de este límite de gasto es un requisito previo a la presentación del presupuesto, impuesto por los partidos liberales en tiempos de austeridad y reglas fiscales, que deben cumplir y eso exige, cuando estás en minoría, negociar.

Pero el PP parece no sentirse interpelado por eso. A la vista está la evidente ausencia de negociaciones, especialmente con sus socios potenciales. Por el contrario, estamos asistiendo a una verdadera dejación de funciones por parte del Gobierno de Aragón aderezada por unos niveles de soberbia e irresponsabilidad mayúsculos.

No es una cuestión “técnica” no iniciar el trámite de debate presupuestario y resulta vergonzoso oír decir a Azcón que no presenta los presupuestos porque no está de acuerdo con un sistema de financiación autonómica, recordemos que hablamos del mismo sistema de financiación que el PP no quiso cambiar cuando tenía mayoría absoluta. Un sistema de financiación que, a pesar de que no nos guste, fija unos recursos reglados por ley y es con esos recursos, sean más o menos, nos parezcan justos o no, con los que se deben elaborar los presupuestos. La negativa del PP a presupuestar porque Aragón va a ingresar menos del sistema de financiación no es una opción, es más bien una excusa para esconder su minoría y su incapacidad.

Hay más elementos que tratan de tapar con esta operación. El trámite del techo de gasto obliga al PP a dar cuenta del resultado de su política regresiva en materia fiscal, que favorece a los ricos, en detrimento de los derechos y los servicios públicos, y acumulando un déficit preocupante, como viene indicando la Cámara de Cuentas o como lo ha hecho recientemente la AIREF.

Es especialmente vergonzoso escuchar al PP hablar de rigor cuando en 2024 presupuestaron mal a sabiendas, por un lado, 47 millones de más por vía del déficit autorizado y, por otro, 20 por un impuesto a las renovables que todavía no existía y por el que al final se recaudarán 11 millones.

Por lo tanto, el señor Azcón debe dejar de esconderse tras la propaganda y el bulo y cumplir la ley. El PP debe presentar los presupuestos y dejar de mentir y cargar contra el Gobierno de la nación para tapar su incapacidad y su minoría.

No corren tiempos sencillos para el acuerdo, pero, a diferencia de quienes intentamos buscarlo con fuerzas políticas de diferente signo en otras instituciones también marcadas por la pluralidad y la minoría del gobierno, Azcón sigue cabalgando a lomos de una soberbia que incrementa su soledad y su minoría.

En este contexto el PP pretende gobernar pasando por encima del parlamento y de la sociedad, modificando a su antojo, y al de los de siempre, unos presupuestos prorrogados en los que la transferencia de dinero público a bolsillos privados será, como lo está siendo ya, cada vez más descarada. De este modo veremos más externalizaciones, más proyectos delirantes e inviables social y ambientalmente y más ayudas a las empresas sin condiciones laborales o ambientales y a costa de los derechos y los servicios públicos a la ciudadanía.