¿Se imaginan llamar a su médico y que le diga que no le pueden dar citas para 2025? ¿Se imagina que tenga usted una ecografía pendiente o los análisis previos a una operación y le digan que no, porque Muface se acaba? Que le digan que no se sabe qué va a pasar con la asistencia sanitaria de 1,5 millones de personas en España (45.000 en Aragón). Que ante sus dudas le respondan que tenga paciencia, que están negociando no sé qué y que ya se verá qué pasa. Y que además le digan que de qué se queja, que los funcionarios son unos privilegiados por tener un seguro privado que les paga el Estado.

No, los funcionarios no somos unos privilegiados. Ni nadie nos paga un seguro privado. Queremos decirlo bien alto y recordarlo una y otra vez, porque nos sentimos indefensos, olvidados, atacados, una pelota en mitad de una guerra política. El Gobierno quiere acabar con el modelo de Muface porque dice que es deficitario. Y mientras está jugando con nuestra salud. Ninguna compañía aseguradora se ha presentado al nuevo convenio de Muface y la licitación ha quedado desierta.

¿Qué va a pasar con nosotros a partir del 31 de diciembre cuando termina el actual convenio? Nos enteramos hace unos días de las intenciones del Gobierno: acabar con el mutualismo y traspasarnos a todos a la sanidad pública, que ya está saturada y desbordada. Las comunidades autónomas -como Aragón- ya están advirtiendo de que no pueden asumir este aumento de usuarios con la escasez de recursos con los que cuentan. Hay un grave riesgo de colapso de la sanidad pública. El Gobierno no ha sido claro desde el principio de las negociaciones. Ahora sabemos cuáles eran sus verdaderas intenciones.

Que Muface no funcionaba bien ya lo habíamos denunciado en muchas ocasiones. Hacía falta aumentar la inversión y mejorar el servicio a los mutualistas. Pero la solución no puede ser acabar de golpe con un sistema que lleva 50 años funcionando en España y dejar a 1,5 millones de personas en el limbo. Es una irresponsabilidad enorme. Nosotros queremos que se sienten a negociar con las cartas sobre la mesa. Que el Gobierno presente una propuesta realista y económicamente viable. Y si hay que repensar el futuro del modelo, que se haga con tiempo, con planificación, con presupuesto, con transparencia y con información para los principales afectados, que somos nosotros, los mutualistas. Hay que solucionar de manera urgente la actual situación de incertidumbre. Y hay que buscar alternativas viables para la asistencia sanitaria a medio y largo plazo.

Los mutualistas no hemos elegido serlo, es una condición indispensable cuando accedemos a la función pública. Al aprobar nuestra oposición e incorporarnos a nuestros puestos, nos obligan a adscribirnos a la mutua y pagar por ello. Cada año podemos -o podíamos hasta ahora- optar por la cobertura sanitaria: por el sistema sanitario público o por una entidad privada. Pero somos mutualistas y seguíamos pagando por nuestra condición obligada, eligiéramos una asistencia sanitaria u otra. Igual que pagamos por nuestros medicamentos o por determinadas pruebas, también los jubilados. Este es el sistema que se creó en 1975 y que ha demostrado su eficacia durante todo este tiempo, conviviendo con el Sistema Nacional de Salud.

Queremos que nuestra voz se oiga alto y claro. Que no nos engañen con más mentiras, que no nos manipulen, que no sigan desprestigiando a los funcionarios. Por eso vamos a manifestarnos el 14 de diciembre en Madrid, en una gran concentración convocada por CSIF en defensa del modelo de Muface. Siempre hemos estado en primera línea defendiendo a los empleados públicos y ahí vamos a seguir estando.