La gastronomía aragonesa, originaria de Aragón (en el norte de España), es conocida por su riqueza y variedad, con un enfoque en productos frescos y de alta calidad, especialmente carnes y verduras.

Son muchos los lugares del territorio aragonés a los que puedes ir para disfrutar de su gastronomía. Sin embargo, es un pequeño pueblo de Huesca con menos de 100 habitantes el considerado capital del embutido, con los mejores productos de todo Aragón, y con la longaniza más grande del mundo.

Si eres un amante de la buena comida y estás buscando un destino que combine encanto rural con una experiencia culinaria inigualable, Graus es el lugar que debes visitar. Se encuentra en el corazón de la comarca de La Ribagorza, en el Pirineo aragonés, por lo que te conquistará no solo por sus sabores, sino también por su belleza.

Fiesta de la longaniza

Graus es conocido por ser la capital de la longaniza, uno de los embutidos más emblemáticos de España. Esta delicia, elaborada con carne de cerdo de primera calidad y especias que se mantienen en secreto, es el alma de la gastronomía local. Cada verano, la Fiesta de la Longaniza transforma el pueblo en una celebración culinaria única, donde se cocina la longaniza más grande del mundo, atrayendo a miles de visitantes.

La Fiesta de la Longaniza se celebra en Graus desde 1991 y está recogida en el Libro Guinness de los récords por el tamaño del embutido de más 500 metros. Se cocina una vez al año (el 27 de julio) en una parrilla gigante de 25 metros cuadrados en plena calle, y da de comer a más de 8.000 personas.

La longaniza y los embutidos de Graus ya eran conocidos, pero se hicieron famosos por todo el mundo cuando los nombró Georgina en su documental de Netflix. La mujer de Ronaldo se reconoce fan de los productos de Graus, y comenta que en una tienda de allí le enseñaron a diferenciar la longaniza de la secallona y el fuet.

Sin embargo, la oferta gastronómica en Graus va más allá de la longaniza. Los restaurantes del pueblo invitan a saborear el auténtico ternasco de Aragón, guisos de caza y migas a la pastora, todos elaborados con ingredientes de la tierra. Además, la proximidad con la Denominación de Origen Somontano garantiza que cada bocado esté acompañado por un vino de gran calidad.

Ya sea en una taberna tradicional o en un restaurante con vistas al precioso entorno montañoso, cada comida se convierte en una experiencia auténtica. Comer en Graus es disfrutar de la hospitalidad aragonesa en su máxima expresión. Otros productos muy aclamados son los quesos artesanales locales y, el preciado oro negro de la zona: la trufa negra.

La trufa (Tuber melanosporum), conocida como el "diamante negro" de la gastronomía, es un hongo subterráneo muy valorado por su intenso aroma y sabor único, que enriquece una gran variedad de platos. Crece en simbiosis con las raíces de encinas y robles en suelos calizos, y se recolecta en invierno. La trufa negra de Graus es especialmente importante porque la comarca de La Ribagorza tiene condiciones ideales para su cultivo, resultando en trufas de calidad excepcional.