Zaragoza

Hace unos meses, la famosa plataforma TasteAtlas publicó una lista con los 100 peores platos de la cocina española, entre los que se encuentran algunos de los más tradicionales y queridos de nuestro país. Como era de esperar, la polémica estaba servida (nunca mejor dicho).

El ranking lo encabeza el bocadillo de sardinas, con una valoración de 1.9. Le sigue el caldo de papas (una sopa de cebollas, patata, tomates, pimientos morrones, cilantro, azafrán y huevos), típico de las islas Canarias, con una puntuación de 2.6. El top 3 lo culmina el gazpacho andaluz de mango, al que han puesto una nota de 2.7.

Para encontrar el plato aragonés peor valorado hay que bajar bastante en la lista de TasteAtlas, y es de celebrar que de nuestra tierra solo aparezca un plato. Aunque llama la atención que lo califiquen como típico aragonés, ya que se come en toda España. Se trata de las albóndigas de Bacalao, propio de la Semana Santa.

Las albóndigas de Bacalao, aunque estén en la lista de las 100 peores recetas españolas, no tienen una mala puntuación. Ocupan el puesto 72 y han sido valoradas con un 3,7. La misma puntuación que los callos a la madrileña, la sopa de ajo de Castilla la Mancha, o la ensalada malagueña.

Los tres platos que cierran la lista son, en el número 98 patatas a la riojana, en el 99 potaje de garbanzos con chorizo, y en el 100 huevos a la flamenca. Todos con la misma puntuación, un 3,9 muy lejos del suficiente. Parece que casi ningún plato español escapa de ser señalado en esta funesta lista, pese a que la gastronomía española está considerada una de las mejores del mundo.

Receta de Albóndigas de Bacalao

Aunque TasteAtlas las valore como el peor plato aragonés, lo cierto es que a nosotros nos encantan. Así que, aquí os dejamos una receta sencilla por si queréis hacerlas en casa.

Ingredientes necesarios para 4 personas: 400 g de bacalao desalado (puedes usar migas de bacalao), una patata grande, un huevo, un diente de ajo, perejil fresco, pan rallado (lo justo para dar consistencia), aceite de oliva virgen extra, harina, sal y pimienta negra.

Ingredientes para la salsa: una cebolla, dos tomates maduros (o 200 ml de tomate triturado) un vaso de vino blanco, una hoja de laurel, un poco de caldo de pescado (o agua), sal y pimienta.

Preparación:

  • Desalar el bacalao: Si compras bacalao salado, tendrás que desalarlo previamente dejándolo en agua durante 24-48 horas, cambiando el agua cada 8 horas. Si compras bacalao ya desalado, ¡mucho más fácil!

  • Cocer la patata: Pela la patata y ponla a cocer en agua con sal hasta que esté blanda. Luego, escúrrela y haz un puré suave con ella.

  • Mezclar los ingredientes: Desmenuza el bacalao bien fino (puedes hacerlo con las manos o darle un toque con una picadora). En un bol, mezcla el bacalao con el puré de patata, el ajo picado muy fino, el perejil, el huevo batido, sal y pimienta. Si la mezcla está muy blanda, añade un poco de pan rallado hasta que tenga consistencia para formar las albóndigas.

  • Formar y rebozar: Haz bolitas pequeñas con la mezcla y pásalas por un poco de harina para que queden bien selladas.

  • Freír las albóndigas: En una sartén con abundante aceite de oliva bien caliente, fríe las albóndigas hasta que estén doraditas. Sácalas y colócalas sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.

  • Preparar la salsa: En la misma sartén (quita un poco del aceite si es necesario), sofríe la cebolla bien picada hasta que esté transparente. Añade los tomates rallados o triturados, y cocina a fuego medio hasta que se concentren los sabores. Incorpora el vino blanco y deja que reduzca un poco. Luego, agrega el laurel y un chorrito de caldo de pescado o agua. Cocina a fuego lento durante unos 10 minutos, ajustando de sal y pimienta.

  • Cocinar las albóndigas en la salsa: Coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y deja que se cocinen unos 10 minutos más a fuego suave, para que se impregnen bien de los sabores. 

Sirve las albóndigas con un poco de perejil fresco por encima y, si te gusta, un chorrito de limón. Puedes acompañarlas con un buen pan para mojar en la salsa. Y quedará para chuparse los dedos.

TasteAtlas

Para conocer bien un país es importante degustar su gastronomía. Es cierto que ahora, por la globalización puedes comer ramen en Madrid o pasta italiana en Tokio, pero si viajamos, una experiencia imprescindible es que el paladar viaje también con nosotros y descubra sabores y texturas propias de esa localidad.

Un auténtico amante de conocer la región a través de su comida, es Matija Babic un ucraniano muy viajero. Se dio cuenta de que en Google había poca información a este respecto, y decidió crear un “Atlas gastronómico”: “Estaba en medio de un tour por varios países de Europa y en cada lugar al que iba pensaba: ¿qué vale la pena comer acá, teniendo en cuenta que a algunos de estos sitios quizás no volveré nunca más en toda mi vida? Me pasaba horas googleando y me daba cuenta de que aun cuando encontraba información sobre qué comer en cada lugar, era imposible saber dónde convenía buscar cada plato”, cuenta en una entrevista con Clarín.

De esa necesidad, puso en marcha TasteAtlas, o lo que es lo mismo, un atlas del gusto. Esta guía reúne platos tradicionales de todas partes del mundo y los evalúa en su página web, donde también pueden encontrarse recetas y artículos de investigación al respecto. Se dice que, en total, cuentan con casi 10.000 platos, bebidas e ingredientes y alrededor de 9.000 restaurantes.