Zaragoza

Los aragoneses somos muy nuestros, y tenemos nuestra propia forma de expresarnos. Entre nosotros nos entendemos, pero puede pasar que algún forastero se extrañe, entienda otra cosa de la que realmente se quiere decir y llegue a asustarse.

En Aragón nos gustan las cosas claras y el chocolate espeso; no es que estemos enfadados, simplemente hablamos con rotundidad, y como no nos gustan las medias tintas, a menudo se puede confundir nuestra sencillez y franqueza con impertinencia.

En el lenguaje habitual de la comunidad encontramos muchos aragonesismos y lo interesante es que las expresiones no son comunes en toda la comunidad aragonesa en general, sino que, dependiendo de la región en la que estés, escucharás diferentes términos locales.

Es sabido que en Aragón utilizamos el mozo o moza para llamar a alguien: "¡Ey moza, ayúdame con esto de aquí!", y el maño o maña para saludarnos (concretamente en Zaragoza): "¡Hala maño! ¿Qué pasa pues?", sin embargo, hay otras expresiones para saludarnos muy originales, y que si no las conoces te pueden dar un susto. Especialmente con el término ‘amante’ que tanto se utiliza en Tauste.

"¡Ay, Amante! Cuanto tiempo sin verte, ¿cómo estás?", podemos escuchar en la comarca de las cinco villas. Según la Real Academia de la Lengua, 'amante' es una persona apasionada o una persona que mantiene con otra una relación amorosa fuera del matrimonio. No hay que asustarse en Tauste, ni tomárselo a mal, en esta localidad es un apelativo cariñoso que muestra cercanía.

Expresiones en Aragón

En Aragón no avisamos por el telefonillo, 'timbramos'; no nos mojamos, nos 'chipiamos'; y si nos encontramos con un conocido y nos paramos a charlar largamente, decimos que hemos 'cogido un capazo'. 

En Borja, por ejemplo, no es raro que un vecino salude a otro con un “¡Eu!”. Y, si a esa conversación se une un tercer borjano, podrías oír un simpático “¡Mia pues, qué casualidad!”, siempre con un tono entre sorprendido y cómplice. Este tipo de expresiones permiten identificar rápidamente de qué parte de Aragón provienen quienes las usan.

Si el encuentro se diera en Tauste, sin embargo, el saludo podría variar. Los hombres podrían soltar un alegre “¡Ñai!”, mientras que las mujeres optarían por un “¡Inde!”. Son palabras que, aunque fuera de contexto pueden parecer confusas, para los taustanos son parte esencial de su día a día. Al igual que el término 'amante' que decíamos antes.

En las comarcas del Aranda y la Comunidad de Calatayud, por otro lado, el “tama” se ha convertido en una palabra clave. Aunque podría parecer una deformación del castizo “¡toma!”, aquí cobra un significado más profundo, casi como una marca de identidad cultural. 

Y no podemos olvidarnos de otros apelativos entrañables como “prenda” (muy popular en Tarazona) o “galán” (típico de la zona de Daroca), ambos usados para referirse cariñosamente a alguien. Si bien “prenda” también se escucha en algunos puntos de Andalucía, el toque aragonés es inconfundible.