Zaragoza

Un vigilante del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la provincia de Huesca, ha encontrado un "excepcional" fósil de estrella de mar sobre una roca del Eoceno de hace 55 millones de años.

Estos ejemplares, explican desde el Gobierno de Aragón, son "escasísimos" en el registro fósil, ya que la delicadeza de su esqueleto solo permite en raras ocasiones que se fosilicen. La estrella encontrada, de pequeño tamaño, "se conserva prácticamente completa con sus cinco brazos".

Su hallazgo se une al de otros fósiles relevantes encontrados en el parque, como el del cocodrilo de Ordesa-Vió. Fue en un reconocimiento general de la zona cuando uno de los vigilantes del parque, Carlos Serrano, observó una forma curiosa en una losa de roca que se había desprendido junto a un abrevadero.

Considerando que se trataba de un hallazgo excepcional, decidió recogerla y llevarla al centro de visitantes del parque para informar a las autoridades. La dirección del Parque Nacional contactó rápidamente con el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza y avisó a su vez a la Dirección General de Patrimonio Cultural por tratarse de un excepcional ejemplar.

Los técnicos de Patrimonio Cultural informaron, por su parte, a un especialista de invertebrados fósiles del Instituto Geológico y Minero de España perteneciente al CSIC, quien confirmó que se trataba de una estrella de mar fósil perteneciente al grupo de los goniasteroideos.

Este hallazgo fósil se ha localizado en una losa desprendida de un abrevadero para el pastoreo de alta montaña, cuyas rocas utilizadas para su construcción provienen de depósitos producidos por los antiguos glaciares que arrancaron bloques de rocas turbiditas de origen marino. Estas rocas son auténticos testigos geológicos del mar que ocupaba el territorio durante el Eoceno y que hoy constituyen montañas y altas cumbres del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

El parque cuenta con un extraordinario paisaje montañoso, excepcionales formaciones geológicas y una zona de pastoreo de alta montaña que se ha conservado intacta a lo largo de los siglos.

Los tipos de rocas existentes son muy variados pero su naturaleza principalmente caliza ha permitido que los agentes naturales modelen un paisaje rico en macizos y cañones. Muchas de estas rocas, inciden desde el Ejecutivo autonómico, fueron depositadas en mares hace millones de años y fueron formando la cordillera pirenaica a medida que África empujaba a Europa hacia el norte. Debido a su naturaleza marina, muchas de ellas contienen vestigios en forma de fósiles de aquellos mares.