Zaragoza

La gastronomía de Zaragoza es conocida por su amplia variedad de tapas, platos y dulces. El mejor cachopo del mundo o la cerveza Lager Internacional, entre otros galardones gastronómicos, forman parte de un enorme abanico de opciones culinarias que hacen difícil elegir un lugar para comer en la ciudad. 

Ahora que llega el frío, la bebida favorita por excelencia es una buena taza de chocolate caliente. Pero, ¿qué pasa si a tu amigo, familiar o pareja le sigue apeteciendo una jarra fría de cerveza? Para acabar con la indecisión, el bar Mmm, ¡qué rico! de Zaragoza ofrece una carta de bebidas para todos los gustos.

Desde cervezas con notas de café hasta chocolates con un toque picante, cada creación promete llevar a los visitantes en un viaje de sabores que despierta los sentidos. En la carta, el comensal también puede disfrutar de distintos sabores de helados, gofres y churros de lo más esponjosos. 

El alma detrás de esta innovadora propuesta son Fermín Moreno y Javier Guiu, dos zaragozanos que crearon su chocolatería-cervecería a escasos metros de la puerta del Carmen. En el número 9 del paseo María Agustín, el local que antaño fue una pizzería ahora se ha convertido en una cafetería en la que pasar una tarde agradable, ya sea con dulce o salado. 

Picante, blanco o intenso

Cuando el frío llega a la ciudad, en el bar ponen a disposición del cliente una extensa carta de bebidas calientes. Picante, blanco, sin azúcar o con naranja son algunas de las exóticas ofertas chocolateras, consideradas las mejores de Zaragoza.

Se trata de un cacao muy especial, procedente de tierras muy lejanas. Concretamente, "de Costa de Marfil", señala Guiu.

Este cuidado y cariño por seleccionar el mejor producto laminero no es casualidad. El propio Fermín Moreno estuvo durante 14 años regentando una de las grandes chocolaterías de la ciudad: la Chocolatería Valor.

Tras la crisis de la pandemia, el emblemático local dijo adiós en la ciudad. Pero la pasión de Moreno no se frenó y, unos años más tarde, volvió a unir fuerzas con su amigo de la infancia para crear un negocio que abriera más allá del periodo invernal. 

Esta oferta, que al principio puede resultar extraña, es una forma de "atraer al cliente durante el año entero". Porque, si hay una bebida que no entiende de estaciones es la cerveza.

Desde la clásica rubia hasta la tostada o especial, la carta ofrece una variedad que no tiene nada que envidiar a la parte dulce del establecimiento. Y con este mix exótico, "no solo se ofrece un producto estacional, como es el chocolate, sino que ofrecemos servicio todo el año", añade el copropietario.

Churros Tejeringo

Otra de las estrellas culinarias de este local, son sus churros. Los Tejeringos, también conocidos como jeringos, son unos dulces tradicionales de la provincia de Málaga. Se trata de una variedad cuya elaboración es totalmente artesanal, ya que deben dibujarse a mano.

Una especialidad que, desde el sur de Andalucía, estos aragoneses han traído hasta la capital de Aragón. "No son como los churros finos y crujientes que se desayunan en cualquier bar, los nuestros son más tiernos, gruesos y esponjosos", apunta Guiu. 

Este dulce, similar a las porras, se elabora con masa de buñuelos. Aunque el truco para conseguir su textura esponjosa, según el dueño del local, "es servirlos recién hechos".