Zaragoza

Aragón es una comunidad autónoma fundamental para entender la historia de España. Su extenso territorio alberga regiones con una historia milenaria, antiguos reinos que jugaron un papel fundamental y que vieron nacer a los protagonistas de algunas de las más importantes epopeyas culturales y civilizatorias.

En las tres provincias de Aragón encontramos edificios históricos que evocan tiempos pasados llenos de belleza, cultura y leyendas. Entre sus muros encierran la memoria de una época que ya no volverá pero que es ampliamente estudiada y sigue despertando el interés de muchos.

En Huesca, aparte de tener una naturaleza espectacular cuenta también con monumentos históricos que merecen ser visitados. Uno de ellos es el Castillo de Loarre. Se trata de un castillo del siglo XI, y el mejor conservado de Europa.

El castillo de Loarre, ubicado en el corazón de la provincia de Huesca, es uno de los monumentos más impresionantes de España y, sin duda, una parada obligada para los amantes de la historia y la arquitectura.

Situado en el pequeño pueblo de Loarre, este castillo no solo destaca por su belleza y estado de conservación, sino también por su rica historia y su ubicación privilegiada, que ofrece unas vistas espectaculares de la llanura de la Hoya de Huesca.

Un castillo con historia

Construido en el siglo XI, el castillo de Loarre es considerado la fortaleza románica mejor conservada de Europa. Su construcción fue iniciada por el rey Sancho Garcés III de Pamplona con el propósito de proteger la frontera cristiana de las incursiones musulmanas.

En esa época se encontraba en la línea de defensa entre los territorios cristianos y musulmanes. Su posición estratégica en una ladera empinada, a 1.070 metros de altura, permitía un control absoluto del territorio circundante.

Niños corriendo en la ladera con el castillo de Loarre detrás. E.E

El castillo desempeñó un papel clave durante la Reconquista, especialmente en la toma de Bolea, un lugar musulmán cercano. Durante el reinado de Sancho Ramírez de Aragón, en el año 1071, el castillo adquirió su forma actual, con la adicción de importantes estructuras como la Torre del Homenaje, la Iglesia de San Pedro y una cripta que albergaba reliquias de San Demetrio.

Además, el castillo no solo tenía una función militar, sino también religiosa, con la fundación de un monasterio de canónigos de San Agustín en su interior. Se trata por tanto de un castillo que acogió en su interior a caballeros y monjes por igual.

Un castillo de cine

El castillo de Loarre no solo ha sido testigo de grandes acontecimientos históricos, sino que también ha sido escenario de varias producciones cinematográficas. A los caballeros y a los religiosos, ahora se les suman los artistas.

En el castillo de Loarre se han grabado escenas de diferentes películas que luego han sido proyectadas en la gran pantalla. La más conocida es "El reino de los cielos" (2005), dirigida por Ridley Scott, donde la fortaleza sirvió como escenario para recrear las cruzadas del siglo XII. Esta superproducción de Hollywood,está protagonizada por Orlando Bloom, Eva Green, Liam Neeson y Jeremy Irons.

Clip de la película 'El reino de los cielos'. Castillo de Loarre

El castillo de Loarre también tuvo un papel destacado en la popular serie de televisión española "El Ministerio del Tiempo", una ficción que explora el viaje a través del tiempo.

En uno de los episodios, el castillo se transforma en una prisión medieval, lo que demuestra la versatilidad del espacio para adaptarse a diferentes épocas y situaciones.

El encanto del pueblo de Loarre

El castillo de Loarre está íntimamente ligado al pequeño pueblo de Loarre, un lugar tranquilo y pintoresco que invita al visitante a sumergirse en la tranquilidad del entorno.

Este encantador pueblo es un punto de partida ideal para explorar no solo el castillo, sino también los alrededores, que ofrecen rutas de senderismo con vistas impresionantes de los Pirineos y la Hoya de Huesca.

Además, la región cuenta con una oferta gastronómica típica aragonesa que no se puede dejar de probar. Restaurantes locales ofrecen productos de proximidad y platos tradicionales que harán las delicias de cualquier visitante.