En los puentes festivos los desplazamientos por carretera aumentan exponencialmente. En estos casos, se recomienda detenerse al menos cada dos horas o cada 150 o 200 kilómetros para descansar. Un buen lugar para hacer una pausa puede ser uno de los muchos bares y restaurantes de carretera de España.
Se dice que los camioneros son unos buenos referentes gastronomicos. Debido a su trabajo, son muchas las horas que tienen que pasar en la carretera, y valoran una buena comida. De hecho, algunas de las guías más populares, como la Repsol o la Michelín, nacieron a partir del mundo de la carretera.
El restaurante Área 280, ubicado en la autovía A2 cerca de Calatorao, es una parada muy recomendable para los viajeros que buscan buena gastronomía en la carretera. Ha sido premiado con el Solete de Carretera de la Guía Repsol, un reconocimiento que lo destaca como uno de los mejores restaurantes de carretera de Aragón. Este galardón asegura que es un lugar de calidad, un restaurante de carretera ideal para comer y recomendar.
Área 280 ofrece platos tradicionales de la gastronomía aragonesa como los famosos torreznos, las migas, y el bocadillo de longaniza, además de especialidades a la brasa.
Su carta también incluye un menú del día equilibrado y asequible, diseñado para aquellos que necesitan una comida rápida y de calidad antes de continuar su viaje. También cuentan con platos más elaborados como ternasco asado, cachopos, y paellas, disponibles por encargo.
Su especialidad es la comida aragonesa, con brasa, torreznos, migas... En la carta también se pueden encontrar diferentes cachopos: el aragonés, navarro, asturiano y madrileño. La carta cuenta con información detallada sobre alérgenos. El menú del día ronda los 19€.
Con amplios comedores, un área de descanso con parque infantil y tienda de productos locales, Área 280 es más que un simple restaurante de carretera, proporcionando un espacio cómodo tanto para familias como para eventos privados.
Calatorao
Si no se tiene prisa por llegar al destino, una parada puede ser en el pueblo de Calatorao. Este pueblo es famoso por su excelente piedra negra, tiene sus orígenes en la ciudad celtibérica de Nertóbriga, cuyos restos se pueden ver en las proximidades de la localidad.
Su núcleo urbano está presidido por su castillo, al que los musulmanes llamaban “castillo de piedra”. Fue construido a comienzos del siglo XIV y de él sobresalen la galería de arquillos y las almenas que lo coronan.
De su patrimonio artístico destaca también la iglesia de San Bartolomé, obra neoclásica de principios del siglo XIX. Hay que entrar para ver la imagen del Cristo en madera que alberga la capilla del Santo Cristo. Cuenta la leyenda que en el siglo XVI fue esculpida por un ángel. Ambas construcciones, la iglesia y el castillo, se comunicaban en el pasado a través de un pasadizo.
Paseando por las calles de su casco antiguo, de trazado medieval, hay varios ejemplos de casas típicas aragonesas de los siglos XVI al XVIII y la antigua mezquita mudéjar, en el inconfundible barrio de la morería.