Huesca es tierra de pintorescos pueblos y también de la naturaleza más imponente, pero entre todos sus atractivos hay uno que destaca como uno de esos rincones en Aragón que parecen haberse detenido en el tiempo y transportado a sus visitantes directamente a la misma Edad Media. Una villa medieval que se encuentra situada en la confluencia de los ríos Ara y Cinca y bajo la mirada de la Peña Montañesa.

Su casco antiguo destaca por haber sido catalogado como Conjunto Histórico-Artístico y el punto neurálgico de este pintoresco pueblo se encuentra en su plaza Mayor porticada. En esta villa tampoco faltan vestigios de un antiguo castillo, estrechas calles empedradas, una frondosa naturaleza para disfrutar haciendo senderismo, muralla, buena gastronomía o un ambiente de cuento.

Todo ello se combina a la perfección en este bonito rincón medieval que te invitamos a conocer en el pueblo de Aínsa (Huesca). Se trata de uno de los enclaves más hermosos del Pirineo y de uno de los mejores puntos recomendados para disfrutar del senderismo y las excursiones por la naturaleza.

En cuanto a su población, esta cuenta con unos 2000 habitantes aproximadamente y destaca por ser uno de esos lugares perfectos para desconectar de la ciudad. De hecho, también es uno de los destinos favoritos por los franceses, quienes no dudan en acercarse para disfrutar de sus compras o pasar el fin de semana. Y es que el pueblo de Aínsa está cerca de la frontera.

Tanto si ya te has acercado a conocer esta bonita villa, como si planeas hacerlo próximamente, a continuación vamos a detallarte algunas de esas visitas imprescindibles que no pueden faltar en tu escapada. Toma nota.

Qué ver y hacer en Aínsa

Aínsa es uno de los pueblos más pintorescos del Pirineo Aragonés y ofrece un sinfín de razones para visitarlo. Sus calles empedradas y su ambiente medieval te transportan a otra época, destacando entre sus atractivos el majestuoso castillo que se remonta a los siglos XI al XVII. Este castillo, cuya torre del Homenaje fue construida sobre restos árabes, alberga hoy el Eco Museo Centro de Visitantes.

Además, cada julio acoge el Festival de Música y en septiembre la Expo-feria de Sobrarbe, eventos que realzan aún más el valor cultural del lugar. La Plaza Mayor de Aínsa, de origen medieval, es otro de los lugares imprescindibles que ver. Se cree que data de los siglos XII y XIII, cuando la villa vivió su mayor esplendor. Con una singular planta trapezoidal y porches con arcos de medio punto.

Antigua iglesia en la plaza del pueblo en el pueblo medieval de Aínsa.

El casco antiguo de Aínsa sorprende por la conservación de su trazado original, con dos vías paralelas, la calle Mayor y la calle de Santa Cruz, que se conectan con la Plaza Mayor. A su vez, la iglesia de Santa María, destaca como una joya del románico del Alto Aragón, data de finales del siglo XI. Su torre, que servía tanto de campanario como de defensa y su claustro, con elementos románicos y góticos, destacan entre los monumentos más emblemáticos del Sobrarbe.

Para los amantes de la naturaleza y la fauna, el Ecomuseo de la Fauna ofrece una ventana a los paisajes pirenaicos, con su rica biodiversidad, desde aves rapaces hasta espectaculares formaciones montañosas. A esto se suma el Museo de Oficios y Artes Tradicionales, que en la Casa Latorre expone una impresionante colección etnográfica que permite conocer de cerca los oficios tradicionales de la zona.

Aínsa también es un destino ideal para los amantes del buen comer. En sus restaurantes se pueden degustar platos típicos de la zona, como el solomillo de ciervo, las tripas de cordero rellenas o las tradicionales migas. Entre los locales más recomendados están el restaurante Callizo, que combina la cocina de alta montaña con toques modernos o el Bodegón de Mallacán, situado en una casa medieval con vistas a la Plaza Mayor. Para quienes prefieren una comida más informal, La Carrasca Tapas es el lugar perfecto para disfrutar de pintxos y tapas.

En los alrededores de Aínsa, también encontrarás auténticas joyas naturales e históricas. La ruta de las ermitas de Tella es un paseo circular que recorre tres bonitas ermitas en medio de la montaña y el Ibón de Plan o Basa de la Mora, es un impresionante lago glaciar rodeado de montañas y bosques. El embalse de Mediano es ideal para la práctica de deportes de aventura, mientras que el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ofrece espectaculares paisajes con valles glaciares y rutas de senderismo.