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El cocido aragonés es uno de esos platos típicos que vuelven a muchas de las cocinas y restaurantes aragoneses cada vez que vuelve el frío y el otoño. Un momento del año perfecto para disfrutar de los buenos platos de cuchara entre cuyos ingredientes no faltan garbanzos, puerro, patatas o carne.

Un plato que en cada comunidad de España cuenta con sus propias variantes, entre las que destaca la variante madrileña, la andaluza o la cántabra con su cocido montañés, entre otras. Opciones igualmente deliciosas y perfectas para hacer frente a la bajada de temperaturas de esta época del año, pero entre las que la versión aragonesa destaca por su sencillez y delicioso sabor con los mejores productos locales.

Entre los ingredientes típicos de Aragón podemos encontrar incluído ternasco o el jamón serrano aragonés. Dos tipos de carne que aportan un sabor especialmente diferenciador y que reflejan la importancia del producto local en este plato. Dos ingredientes que añaden el mejor sabor, pero entre los que destaca ese toque secreto de jamón serrano.

Y es que, es este el ingrediente tradicional que enriquece el cocido aragonés y que las abuelas aragonesas siempre suelen añadir. Un toque especial que ha ido pasando de generación en generación y con el que es posible conseguir un resultado y un sabor espectaculares.

Para aprovecharlo se suele añadir un buen hueso de jamón o taquitos de jamón serrano cocido. De esta manera se consigue un sabor mucho más intenso y se aporta al plato una buena cantidad de proteínas extra.

Receta de cocido aragonés con jamón

Para preparar el cocido aragonés, la noche anterior se debe poner a remojo 1 kg de garbanzos secos en agua caliente, preferiblemente de botella.

También necesitarás estos ingredientes: 1 hueso de ternera, 1 hueso de jamón, 1 espinazo de cerdo (opcional), 1/2 pollo o 1 muslo y contramuslo de pollo, 2 codillos de cordero, 200 g de papada de cerdo, 250 g de ternera melosa, 200 g de jamón serrano (en un trozo), 1 apio, 1 puerro, 1 nabo, 1 zanahoria, 1 chirivía, 1/4 de col, 2 patatas medianas, 250 g de fideos del nº 4, 1 morcilla, 1 chorizo y aceite de oliva virgen extra (para aliñar al final).

Al día siguiente, en una olla grande llena de agua, coloca toda la carne (huesos de ternera, de jamón y de espinazo, pollo, codillos de cordero, papada, ternera melosa, un trozo de jamón) y las verduras (apio, puerro, nabo, zanahoria, chirivía y col), dejando fuera las patatas para que no se deshagan. Después deja que todo cueza durante aproximadamente una hora y media a fuego lento y tapado.

Después, en otra olla, cuela el caldo del cocido y utilízalo para cocer los garbanzos durante unos 45 minutos a fuego lento. Después, añade 250 gramos de fideos del nº 4 y deja que se cocinen durante 8 minutos. Ahora es cuándo puedes añadir la morcilla y el chorizo.

Una vez listos, apaga el fuego. Mientras tanto, coloca la carne en trozos decorando cada plato al gusto. No es necesario añadir sal al final, ya que los huesos de jamón y el trozo de jamón le aportan el sabor suficiente al plato.

Servimos los garbanzos junto con las carnes, el jamón y el chorizo. Añadimos las patatas escurridas y aliñamos con un buen chorro de aceite de oliva y listo.