La fortaleza medieval de un pueblo de Aragón que figura como la mejor conservada: única y con las mejores vistas
- Su referencia más antigua data de 1198 y en la historia llegó a ser también convento y cárcel. Así es la fortaleza mejor conservada de Aragón.
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Aragón es considerada por muchos como "tierra de castillos". Una denominación que tiene mucho sentido si nos paramos a pensar en las cientos de fortalezas y fortificaciones que se levantan a lo largo y ancho del territorio. Una parte importante del Patrimonio Histórico Aragonés que ha sido testigo a lo largo de la historia de toda clase de acontecimientos.
Fortificaciones cuyo origen se remonta a la Edad Media y a ese pasado de guerras, enfrentamientos y conquistas que pasaron por estas tierras. Algunos de estos castillos han sido construidos a partir incluso de antiguas fortificaciones musulmanas, las cuales fueron a su vez construidas a partir de castillos y fortificaciones aún más antiguas y de origen visigodas, ibéricas y romanas.
Estas fortalezas han sido utilizadas también con muchos fines distintos. Desde iglesias fortaleza a alcázares, fortalezas militares, castillos palaciegos... En esta ocasión queremos acercarte a una de esas fortalezas y castillos de Aragón que merecen una visita. Un castillo que actualmente está considerado como el mejor conservado de todo Aragón, hablamos del Castillo de Mora de Rubielos.
Una fortificación ubicada en una loma de la Sierra de Gúdar y en la localidad aragonesa de Mora de Rubielos (a 41 km de Teruel). Su referencia más antigua data de 1198, cuando el rey Pedro I de Aragón se lo donó a Pedro Ladrón para su defensa. Un castillo que en el pasado estaba protegido por un foso, del cual ahora solo pueden apreciarse los restos en la parte de la fachada Norte.
Este castillo a causa de la Guerra de los Dos Pedros, pasó a manos de una de las familias más influyentes del reino en aquellos momentos: los Fernández de Heredia. Ellos fueron los que construyeron el actual castillo, concebido como un lugar de residencia y centro neurálgico para sus señoríos.
Un castillo único en España
Sin embargo, este castillo no solo fue residencia. De hecho, también llegó a albergar un convento franciscano, después una cárcel y un cuartel militar. Fue a partir de este último, cuando comenzó el deterioro más acelerado de esta fortaleza. Algo a lo que se unió después las secuelas de la Guerra Civil Española.
Posteriormente serviría de cuartel de la Guardia Civil hasta quedar definitivamente abandonado. Un abandono al que se le puso fin en 1972, cuando dio comienzo su proceso de restauración a manos del arquitecto Antonio Almagro Gorbea.
En cuanto a su estructura, se puede decir que este castillo es único e impresionante. Este combina una imponente capacidad defensiva con una elegante arquitectura palaciega. Desde el exterior, destacan sus grandes dimensiones y dos entradas protegidas: una torre-puerta con puente de madera desmontable al Norte y una rampa en zigzag al Sur.
Al entrar en este castillo, más de uno podrá sentirse teletransportado a un auténtico palacio gótico que gira en torno a un patio central, donde se encuentran una capilla, salones, alcobas, cocinas, calabozos, caballerizas y sótanos.
El patio de armas, de 1.400 m² está decorado con arcos ojivales y es aprovechado para eventos culturales. Las caballerizas, con bóveda de medio cañón, albergan una exposición de armas medievales. Los sótanos impresionantes, con su gran tamaño, sirvieron de almacenes y bodegas, mientras que la mazmorra, de acceso restringido por una empinada escalera, conserva grabados de prisioneros de la Guerra Civil española.
Un total de 9.000 m² de superficie, que la convierten en una de las fortalezas más monumentales del sur de Aragón. Una auténtica visita imprescindible para todo amante de los castillos y la historia de Aragón. Este cuenta con un horario de apertura de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 19:30 horas, sábados de 10:00 h a 14:00 h y de 17:00 h a 20:00 h. Los domingos de 10:00 h a 14:00 h.
En cuanto a los precios de la entrada, estos son: 10 euros para adultos, 5 euros para niños de 5 a 12 años, entrada gratuita para menores de 5 años y 8 euros para jubilados.
Qué ver y hacer en Mora de Rubielos
Si te acercas a descubrir esta increíble fortaleza, la pequeña villa de Mora de Rubielos en Teruel no te dejará indiferente. Y es que, más allá de su imponente castillo, también cuenta con una gran cantidad de monumentos medievales, así como un trazado y casas de ambiente medieval que merecen ser descubiertas paseando por el pueblo.
Este pueblo amurallado cuenta con iglesias y calles especialmente bonitas y tranquilas, repletas de palacios, casonas señoriales, pintorescas plazas... Más allá del castillo, el casco antiguo de Mora de Rubielos ofrece un recorrido lleno de monumentos históricos. La Iglesia de Santa María, un magnífico templo gótico que domina el pueblo, es uno de los ejemplos más sobresalientes de la arquitectura religiosa medieval en Aragón. Su sobrio interior, junto con la monumentalidad de su estructura, refleja la importancia que tuvo la villa durante la Edad Media.
Pasear por las calles empedradas de Mora de Rubielos te llevará a descubrir rincones únicos, como la Plaza de la Villa, el corazón del pueblo, rodeada de antiguas casonas aragonesas que mantienen el encanto medieval. La Casa Consistorial, con su bella fachada renacentista, también merece una parada.
Otro lugar destacado es el Puente de la Fonseca, una obra de ingeniería medieval que aún conecta las orillas del río Mora y que te permitirá contemplar la belleza natural que rodea la localidad. Además, puedes visitar la Lonja, un edificio histórico que refleja la actividad comercial que se desarrollaba en la villa.
Mora de Rubielos no solo es historia, también es un destino vivo gracias a su rica oferta cultural. Festivales y eventos a lo largo del año dan vida a los espacios monumentales, haciendo que el pueblo combine su pasado con una vibrante vida actual.