Los cumpleaños son momentos de celebración, de reír, de pedir deseos y de compartir un día especial con la gente que más quieres. Es por eso que una tarta, el postre por excelencia para esas ocasiones, es más importante de lo que puede parecer. Para Andreia y Tiago este dulce es como un regalo para todos los invitados a una fiesta.
Esta es la motivación, entre otras, por la que nace Evangelcake, una pastelería en el centro de Zaragoza. Concretamente, en el paseo María Agustín, 13. Con un sello brasileño y con un amor único este rincón guarda un olor y una esencia diferente en su interior.
Andreia es brasileña, pero lleva 23 años en España, y junto a su hijo Tiago, abrió este verano un nuevo local en Zaragoza para endulzar a todos los vecinos de la zona. Desde tartas personalizadas, su producto estrella, hasta cruasanes, merengue o las galletas más famosas se pueden encontrar en Evangelcake.
Antes de saborear todos sus productos, es preciso mencionar que Evangelcake viene de Evangelista, el apellido de ambos, y que el proyecto lleva años formándose.
Realmente, todo comenzó con el nacimiento de Tiago. En Brasil hay mucha tradición de celebrar los cumpleaños a lo grande, cuenta la dueña. Entonces, en el primer año de su hijo buscó por toda la ciudad para encontrar una tarta ideal. Como no encontró ninguna que le encajara, decidió hacer una propia. Así, cada año le hacía la tarta a su hijo en casa.
La gente las probaba, y amigos y conocidos le pedían encargos. Incluso, Andreia se apuntó a cursos y formaciones para aprender más. Tras tantos años, el propio Tiago le animó a montar una tienda para que el resto de gente disfrutará de sus tartas.
Hace dos años emprendió la búsqueda del lugar perfecto para hacerlo, pero, finalmente, fue por casualidad que encontró el del paseo María Agustín. "Íbamos a Gran Casa y mi padre se equivocó de dirección. Paramos en el semáforo y vimos este local", añade Tiago mostrando que fue fruto del destino.
Sin duda, pasar por delante es sinónimo de apreciar su escaparate. Y es que la decoración es otra de las cosas más especiales de Evangelcake. El color rosa domina en las paredes, con detalles cuidados como flores, tonos blancos y un sofá que hace todavía más acogedor del espacio.
Además, Andreia agradece el empuje de su hijo, ya que sin él no hubiera sido capaz de empezar. "Él fue quien me impulsó, porque él trabaja en marketing, nunca quiso saber nada de repostería, pero me dijo que si lo cogía, me apoyaba".
Una oferta variada
Las tartas personalizadas son el sello de identidad de Evangelcake, y todo (o casi todo) es posible en estas. "A veces el cliente viene ya con algo muy claro. Otras veces no sabe, no tiene ni idea cómo es, y nosotros les enseñamos opciones que yo ya había hecho. También estamos realizando una revista", explican ambos.
No obstante, ya tienen un catálogo con los posibles sabores del bizcocho y del relleno. Después, el diseño es a gusto del cliente. Aunque en este aspecto indicen que a veces no es posible todo por el tipo de cobertura que emplean, el ‘chantilly’.
Para ellos, ahí reside la diferencia de sus tartas con otras. "Me permite hacer una tarta más jugosa, con una crema tipo mousse, que no es esa tarta dura que la gente suele comprar y que es muy bonita por fuera, pero al partirla no se puede", defiende Andreia.
"Nosotros nos diferenciamos en que antes de que nos lo pidan, sabemos que no vamos a hacer una tarta empalagosa.Tenemos ese equilibrio de dulzor en las tartas que yo creo que hace que la gente pruebe un trozo y diga ‘ay, qué bueno, lo repetiría’", continúa Andreia.
Además, como en otras pastelerías se pueden encontrar muchos más dulces. La brasileña cuenta que están ampliando la variedad de productos y elaboraciones y en su oferta se encuentran tartas de queso, merengues, profiteroles, tartas de tres leches.
También en el mostrador tienen las virales crumbl cookies de varios sabores, productos sin harina de trigo como el pan de queso, el bizcocho de yuca con coco o los cruasanes. Por supuesto, todo artesanal y hecho en el local.
Más allá de la comida, también es posible que los amantes de la cocina y la pastelería compren objetos de decoración, boquillas, moldes, productos de bases, etc. De hecho, Andreia tiene en mente dar en el futuro formaciones y talleres presenciales en la tienda para enseñar a otras personas a hacer sus propios postres.
Momento único
Como se explicaba al comienzo, para Andreia y Tiago hacer tartas tiene un fondo mucho más importante que comer un buen dulce. "Comer una tarta es un momento, de hacer fotos, de estar con la gente que tú quieres, que tú aprecias. Todas esas cosas las tenemos que tener muy en cuenta cuando ofrecemos una tarta al público. Son momentos únicos. No sabes si llega el próximo año, no sabes si estarás bien, si no va a estar toda la gente especial para ti", reflexiona.
Con esa actitud y cariño, esperan llegar lejos y conquistar los corazones de todos los zaragozanos. En general, están muy contentos con el recibimiento del público: "Más que vender todo nos quedamos con todos los comentarios de Google, que tenemos un montón de comentarios buenos", resalta la brasileña feliz.